
El telĂ©fono a todos nos ha dado sĂşper poderes. En muchos sentidos. Ahora todos somos periodistas y hasta policĂas. Tiene su lado altruista e interesante eso de cuidarnos entre sĂ como tambiĂ©n el punto de ver más allá –mucho más allá- de las fuentes oficiales, pero el dilema que quiero poner sobre la mesa esta vez tiene que ver con una nueva industria que se nutre de empresas y transeĂşntes que graban videos de eventos, usualmente terribles, que les suceden a otros, y los venden para su “viralizaciĂłn”.
A veces pensamos que únicamente las grandes empresas tienen la obligación de ofrecer un servicio de calidad, ya que tienen presupuesto y tiempo que las pymes o los profesionistas independientes no tienen. Bien, pues quien piense esto está en un error que puede provocar que no venda, que no lo recomienden o inclusive que su negocio se extinga con el tiempo.
Nuestros cerebros tienden a ubicar los productos y servicios dentro de una especie de casilleros mentales, en funciĂłn a la percepciĂłn de sus beneficios, mismos que actualmente deben convertirse en categorĂas.
Una urna con cenizas del #DivoDeJuarez convoca a “Un MillĂłn” o más de personas, y nuestro paĂs hecho cenizas por las palabras de #DonaldTrump no convoca a más de 20 o 40 personas.
Si aún pensamos que Internet es sólo una moda o un canal más y no nos damos cuenta que la vida ya está digitalizada, nos estamos haciendo menos competitivos (por mucho).
La imagen personal se enfoca (principalmente) en cómo somos percibidos por las demás personas, en transmitir el correcto mensaje con nuestra vestimenta y acciones.
Muchas cosas a tener claras en tu negocio antes de abordar la tarea “estratégica” de entrar en el mundo de la comunicación bidireccional de las redes sociales. Hoy te preparé un checklist de todos los aspectos que debes tener listos antes de considerar abrir un perfil en Facebook o Twitter, o cualquier otra red.
Parece que me dedicara a enumerar todos los efectos negativos de esta era digital en nuestras vidas, pero no, resulta informaciĂłn que me encuentro y que ciertamente me preocupa. Voy a hablar de los padecimientos tecnolĂłgicos, que cada dĂa nos agobian más, sobre todo porque me confieso “enferma de Internet” y puedo asegurar que una buena parte de los que me rodean tambiĂ©n sufren de alguno de estos trastornos.
Es mucho el tiempo que pasamos en la oficina, y en ocasiones no medimos el impacto que puede tener un espacio de trabajo agradable.
La pasiĂłn es precisamente un sentimiento muy fuerte el cual es notorio por medio de una conducta visible, que en la mayorĂa de las veces es contagiado a los demás.
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