
En las últimas dos décadas el Marketing ha experimentado un par de revoluciones que han cambiado de forma definitiva e irreversible la manera de planear e implementar una estrategia.
Estando todavĂa de vacaciones, el Ăşltimo dĂa de 2012 decido visitar “Facebook” y me topo con un comentario muy amargo de una buena amiga mĂa.
Ayer estaba recordando las buenas campañas que se han hecho con respecto a los mundiales de soccer. Del que mejor me acordé, ya que para mi ha sido la mejor campaña durante un mundial, fue el de cerveza Sol.
Todos los años durante la primer semana de enero, escuchamos una variedad de buenas intenciones que a manera de reflexiĂłn de las acciones del año pasado y con la esperanza que un nuevo ciclo sirva como “borrĂłn y cuenta nueva”, se escriben y se ponen en marcha durante pocos dĂas, una vez que los malos hábitos requieren más que un “buen propĂłsito” para erradicarse.
Anaà Y. Dime tres lugares que a pesar de que no están pensados para eso, la gente acostumbra a cerrar un deal, crear un proyecto, o desarrollar un negocio.
Paco X. Starbucks, Cielito Lindo Querido Café o Starbucks, ¿Qué hay otros?
AnaĂ Y. ÂżCuál crees que sea su diferenciador? ÂżPor quĂ© una cafeterĂa propicia los negocios? ÂżQuĂ© opinas de un campo de golf, cumplirĂa el mismo propĂłsito?
Incursionar en los medios digitales y redes sociales implica para muchos abrir la “caja de pandora” y para otros la generación de nuevos canales de comunicación, que por naturaleza son más democráticos y libres.
Tenemos que entender que no sĂłlo vivimos una revoluciĂłn tecnolĂłgica que se está desarrollando ante nuestros ojos dĂa a dĂa. Antes era mouse + teclado + monitor. Hoy es touch + voz + video.
Mi primera columna del año trata sobre las adicciones, no a sustancias prohibidas, más bien a nuestra tecnologĂa. Para un servidor es difĂcil pensar en salir de casa sin mi telĂ©fono mĂłvil, me siento sin protecciĂłn.
Me da mucho gusto empezar este año con tantos cambios en mi vida y me encuentro muy entusiasmado por construir, evolucionar y re inventarme para liberar mi potencial y el de las personas que me rodean.
Actualmente varios museos en la Ciudad de MĂ©xico no permiten tomar fotografĂas de las obras expuestas, a menos que se pague especialmente para esto. Hoy. En una Ă©poca ridĂcula en cuanto a imágenes, cuando casi todo gadget conocido tiene cámara y los que no pronto tendrán.
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