Suscríbete a Merca2.0 y accede a más 3,500 artículos exclusivos a suscriptores. Haz clic aquí
En muchas ocasiones el carácter de una persona o su posición laboral pueden definirse por el poder de su vestuario, sobre todo si lo utilizan como una estrategia de imagen pública.
Elegir un código de vestimenta conlleva tomar en cuenta factores como el giro y el estilo de la marca, pero sobre todo, que los colaboradores se sientan cómodos e identificados con el uniforme para así generar un sentido de pertenencia.
La vestimenta conforma una parte importante del branding personal, pues a través de esta se puede proyectar la forma de ser, profesión, gustos, intereses y estatus de una persona y con ello marcar un diferenciador.
La industria de la moda ha dado un giro radical que con el paso de los años busca innovar y romper estereotipos que generen una imagen de inclusión y aceptación para los estándares reales de belleza.
El Storytelling más allá de contar una historia representa una estrategia de comunicación muy poderosa que te ayudará a generar una conexión fuerte con tu público.
En el ámbito profesional proyectar una imagen femenina de autoridad y liderazgo requiere de ciertos factores que se construyen empezando por tu apariencia para influir de manera positiva en la impresión hacia los demás.
Muchas empresas han optado por permitir un dress code más relajado que el de negocios, pero eso no significa que vestir casual te haga verte informal y poco profesional.
Los accesorios o prendas que complementan tu outfit pueden relacionarse con éxito y poder, por eso debes elegir el complemento ideal con base a lo que quieras proyectar.
La compañía de entretenimiento más grande del mundo ha optado por adaptaciones live action que rompen con los estereotipos, apostando así por el racebending.
Muchas empresas implementan el uniforme como un distintivo en el mundo de los negocios pues su uso representa publicidad en movimiento que hay que renovar continuamente para estar a la vanguardia.