El valor de una marca está determinado por lo que significa para el consumidor, de ahí la
importancia de las emociones.
Un consumidor satisfecho es envidiado por otros que desean tu producto y no lo han comprado, también por aquellos que escuchan cómo te sirvió, aun sin saber que tu marca existía.
La sugerencia es: que tu marca diga la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad.
En este tiempo de reactivación gradual, es importante acercarnos a nuestros usuarios/consumidores con servicios y productos que sean relevantes para ellos pero que también les generen experiencias que garanticen que nos recordarán en su preferencia de marca.
El uso de copywriting, de la redacción persuasiva, que se utiliza en las agencias de publicidad del mundo para escribir anuncios, evita la vaguedad, va al grano de manera clara y creativa.
Los consumidores hemos cambiado nuestros hábitos de alimentación y comportamientos de compra. Tan solo por nuestro bienestar y un consumo consciente e informado.
Un buen copywriter, redactor publicitario, teniendo la información correcta y suficiente de tu cliente potencial, podrá escribir una cabeza que gane la batalla por la atención.
Se acerca una crisis alimentaria grave y los mercadólogos pueden hacer algo al respecto y no ser simples espectadores.
Hay marcas que han aprendido a llegar a sus 50 años de manera vigente y competitiva. Se dice por ahí (para los que llegaron y algunos que ya pasamos un poquito) que “todas las cosas buenas vienen a los 50 años. Buena comida. Buen vino. Buenos amigos. Buen amor”.
Que tu marca sea vista no solo significa que la vean, sino que capture la atención de tus clientes potenciales y como consecuencia, te compren.
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