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H. Jon Benjamin, además de Archer y esta campaña, ha participado en Bob’s Burgers y Family Guy
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Arby’s, hace un par de meses, se burló de Impossible Foods y Beyond Burger con una zanahoria de carne
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De acuerdo con Statista, la cadena de comida invirtió 122.7 millones de dólares en publicidad durante 2012
Cada vez es más común que las marcas y empresas utilicen comediantes reconocidos para una campaña. Melinda Gates, para una iniciativa de género, utilizó el talento de Sarah Silverman, Carol Burnett, entre otros. Match.com, por su parte, contrató a Rebel Wilson para criticar los hábitos sexuales de los millennials. Incluso Axe se ha aliado con estos artistas, específicamente con Lil’ Rey Howery.
Arby’s es la marca que más recientemente se ha sumado a esta tendencia. En una campaña lanzada a mediados de agosto, la cadena de restaurantes pone de vocero al comediante H. Jon Benajmin. El video comienza con una caótica escena, donde las estrella del programa animado Archer está gritando en una cocina. Rápidamente, el comercial regresa unos segundos para mostrar exactamente cómo se desató el infierno en una simple grabación.
Comedia caótica en campaña
Este tipo de escenas llenas de enredos, problemas y reacciones exageradas no son poco comunes en publicidad. Old Spice, para una campaña lanzada en julio, lanzó tres anuncios donde también empleó un esquema narrativo exagerado y caótico. Otro ejemplo de con un formato más extenso llegó un mes antes, de la mano de Ubisoft y su Watch Dogs: Legion.
Prácticamente todos los agentes están de acuerdo que usar el humor en una campaña es benéfico para las marcas. Sin embargo, cómo emplear esta herramienta de la mejor manera es otra cuestión. Experience recuerda que no todos los segmentos de la población reaccionan igual a una broma. Por otro lado, Forbes recuerda que se debe procurar una alineación con la marca. De lo contrario, señala Word Stream, se puede hacer enojar a buena parte del público.
Justo por estos riesgos, la comedia caótica puede ser una gran herramienta publicitaria. Una campaña que emplee este humor, por lo general se enfoca en lo ridículo de la situación. Como la desgracia y la falta de sentido común son cosas que generan risa universalmente, es poco probable que generen una mala reacción de público. O bien, que no se entienda el chiste. Solo se debe procurar que aquello que se ridiculiza no sea un tema sensible o cultural.