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Juan Becerril

Plan sin buena implementación, es solo una buena intención

Detectar una necesidad en el mercado o reconocer una oportunidad de cambio en nuestras organizaciones son algunos disparadores para diseñar nuevos proyectos, sin embargo, ¿cuántas de estas ideas no ven la luz y cuáles son las causas?

Es claro que, si se carece de un buen plan, el fracaso estará más cerca, por lo que el día de hoy tomo estos dos minutos de su atención para poner foco en la implementación, un punto fundamental donde marcas y empresas tenemos nuestro más rígido sinodal y una vez más apoyándome del AgroMarketing como vehículo narrativo, donde tantas de estas historias se tejen con mayor claridad.

Enemigo en casa
Un destacado agricultor del sureste mexicano decidió nombrar a un joven miembro de su familia como responsable de la detección, búsqueda e implementación de nuevas tecnologías para su rancho, una idea muy interesante que “rompía el molde” del productor de granos tradicional pues abría la posibilidad de tener a un ente independiente encargado de tomar decisiones estratégicas dentro de un negocio claramente cargado de operaciones a corto plazo.
Una pequeña área se configuró inmediatamente con personas cuyo perfil creó buenas expectativas de éxito en la visión del dueño de esa agrícola, sin embargo, la idea se estampó de frente con la implementación, encontrando en el micro management su obstáculo principal pues, si bien el origen de esta iniciativa se gestó en la mente del patrón del rancho, fue él mismo que le restó agilidad a la acción como consecuencia de su necesidad de control.

Las dos mentiras
Después de frases tan peligrosas y tristemente célebres como “no eres tú, soy yo” y “mañana te pago”, está esta otra que es una joya corporativa: “las prioridades cambiaron”.
No son pocas las ocasiones en las que las compañías agrícolas que he tenido la oportunidad de conocer y que cancelan súbitamente proyectos de investigación, promesas de servicio o pruebas técnicas de nuevos productos que se planteaban para mediano y largo plazo y esto no es un tema de seriedad o profesionalismo nada más, sino de falta de prevención ante cambios que no podemos controlar por lo que le recomiendo ampliamente que se asegure que una prioridad estratégica sea eso: prioritaria y estratégica, y le aclaro este juego de palabras.
Proponga usted la aplicación de pruebas ácidas a los proyectos estratégicos intentando tener una garantía de implementación de manera que plantee al equipo de liderazgo escenarios supuestos que los lleven a la anticipación.
Por ejemplo, durante el proceso de definición de su estrategia, cuestione si ante una baja en las ventas, el proyecto y su respectiva implementación están garantizados o incluso rete a sus aprobadores a suponer que hay una instrucción global de finanzas para aplicar un inesperado control de gastos, su proyecto es uno de los que no tendría afectaciones tan determinantes. Si logra sobrevivir esta propuesta, entonces, felicitaciones, se trata de una prioridad.
Por otra parte, y para validar si es estratégica, su iniciativa debería tener un mínimo deseable de tres años en el panorama de planeación de su empresa pues de lo contrario, corre el riesgo de convertirse en el sabor del día y pudiera ser que no se vuelva a implementar lo que con tanto esmero ha sido planeado. Piense en los recursos, posiciones creadas, tiempo de inversión y demás elementos que deben estar planteados a lo largo de este plazo que no es tanto si lo que se busca es la consolidación de una nueva forma de trabajar.

Ignorar al cliente

¿El cliente debe ser incluido o no en el proceso de implementación? ¿incrementa las probabilidades de éxito o se contrapone a la confidencialidad? Bueno, no es blanco o negro, pero la estrategia necesita contemplar al usuario en la etapa correcta y desde mi experiencia, entre más temprano los involucre usted, mucho mejor.
Las pruebas de concepto en un producto tradicional, los focus groups y demás procesos de recolección de insights son parte del mínimo necesario para operar planes de alto impacto, pero recuerde usted que, en el sector agrícola, el concepto de co-creación toma una dimensión muy interesante puesto que involucra a los clientes en el diseño de productos y soluciones en el campo.
No tenga miedo a compartir parcialmente su estrategia pues son ellos, los clientes, quienes tienen un alto nivel de detalle y la experiencia necesaria para dar forma a propuestas innovadoras con una necesaria validación preliminar y con ello, la fricción que usted observará en el proceso de implementación deberá reducirse significativamente.

SEMBRANDO REFLEXIÓN

Los inexpertos te van a compartir lo que pretenden hacer, pero quienes alcanzan el éxito, son aquellos que te cuentan la historia sobre lo que hicieron, por qué hicieron lo que hicieron y cómo lo hicieron… no hay mejor manera de simbolizar el impacto que tiene la implementación detrás de los proyectos que llegaron a buen puerto.

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