• La efectividad de una vacuna se refiere a qué tan probable es que la sustancia genere una respuesta inmune ante una enfermedad

• En el caso de Sputnik V y el proyecto de Pfizer, implica que nueve de cada diez pacientes desarrollarán anticuerpos para la COVID-19

• Con estas defensas, algunos individuos podrían evitar por completo los síntomas de la enfermedad o reducir notablemente su gravedad

Todo lo que puede hacer Estados Unidos (EEUU), Rusia es capaz de realizarlo igual o mejor. Al menos ese parece ser el mensaje que el país parece tratar de transmitir con su nuevo anuncio de la vacuna Sputnik V. De acuerdo con El Economista, el Ministerio de Salud del país europeo y asiático acaba de liberar datos clave sobre la efectividad de su vacuna contra la COVID-19. Según sus datos, el fármaco es efectivo en más del 90 por ciento para generar una inmunidad.

La declaración llega apenas unas horas después que el laboratorio americano Pfizer también compartiera que su fórmula tiene una efectividad del 90 por ciento ante la COVID-19. Parece que las estimaciones de Rusia para Sputnik V no responden a investigaciones en curso, sino a lo que se ha observado en las jornadas de vacunación entre la población en general. Ya desde hace varias semanas que Moscú está inmunizando a los ciudadanos con este nuevo fármaco.

Oksana Drapkina, directora de un instituto dependiente del Ministerio de Salud de Rusia, fue la que firmó el comunicado de Rusia a favor de la efectividad de Sputnik V. Dijo que su órgano es el encargado de evaluar la eficacia de la vacuna anti-COVID entre los ciudadanos que ya han recibido una dosis como parte del programa de vacunación masivo. Y con respecto al nivel de efectividad aparente de esta fórmula, reafirmó que es una “muy buena noticia para todos”.

Las dudosas declaraciones de la Sputnik V

Esta vacuna rusa se ha vuelto infame a escala internacional por que muchos expertos de salud independientes creen que su presunta efectividad no es tan sólida como presume Moscú. De acuerdo con Nature, muchos investigadores creen que la forma en la que Rusia ha publicado los datos sobre el desempeño de Sputnik V abren la puerta a cuestionamientos. En gran parte, porque no hay una total transparencia para dejar a externos indagar en las bases originales.

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Más allá de la efectividad real de Sputnik V, hay que reconocer que su reciente comunicado es una muestra brillante de marketing oportuno. De acuerdo con CNBC, la noticia de Pfizer causó una verdadera revolución de valor en los mercados de valores a escala internacional. No solo las acciones de esta marca se dispararon ante el optimismo de una vacuna útil para eliminar la pandemia. Además, sectores golpeados por la crisis, como turismo, vivieron un buen impulso.

A escala global, este movimiento de Moscú podría ayudar a posicionar la vacuna rusa como un candidato atractivo en países fuera de EEUU. Pero también es posible que esta oportuno anuncio sobre Sputnik V responda a una estrategia local. De acuerdo con Ipsos, el país que gobierna Putin es donde se ve la menor cantidad de individuos dispuestos a inmunizarse ante la COVID-19 en cuanto exista una fórmula. Así que podría ser solo una apuesta de confianza.

La vacuna de Rusia en otras partes del mundo

No es la primera vez que Sputnik V acapara los reflectores a escala internacional. La primera vez que se hizo viral fue de hecho cuando se reveló oficialmente su nombre. Entonces, se vio esta referencia a la carrera espacial no solo como burla a EEUU y su incapacidad para crear un fármaco efectivo contra la COVID-19. También se podría considerar como una declaratoria muy sutil sobre el supuesto liderazgo de Rusia dentro de la industria médica y farmacéutica.

También se ha vuelto popular en regiones específicas, como México. Por ejemplo, se espera que Sputnik V sea una de las soluciones que el gobierno de López Obrador reciba para lograr la vacunación de la población. En específico, deberían llegar un total de 32 millones de dosis en el transcurso de los próximos meses. En otras palabras, suficientes unidades como para que una cuarta parte de la población reciba la fórmula creada bajo la supervisión de Moscú.