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Los dispositivos en los que trabaja Neuralink prometen a los usuarios una interface cerebro-máquina a través de implantes
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Sin embargo, estos aparatos podrían ponerse en otros receptores nerviosos del cuerpo, habilitando otras posibilidades
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Por ejemplo, permitiría que algunas personas pudieran recuperar la movilidad de sus extremidades, si esta se perdió por un tema nervioso
La compañía futurista de Elon Musk, Neuralink, anoche libero un nuevo video con sus nuevos avances para la interfaz cerebro-máquina en la que lleva trabajando desde hace años. Según TechCrunch, la compañía habría logrado que un mono pudiera literalmente jugar Pong con la mente. Esto representaría un avance significativo a los que se presentó en agosto de 2020, cuando mostró que su dispositivo podía leer las señales cerebrales de un grupo de cerdos.
Todos los detalles de experimento fueron publicados en el blog oficial de Neuralink. Según el equipo de la compañía, primero se empezó instalando un implante cerebral al macaco Pager para interpretar sus señales cerebrales. Luego de varias sesiones de Pong, donde el mono controlaba el juego usando una palanca tradicional. Esto permitió entrenar a la Inteligencia Artificial (IA) al punto que podía “predecir” el movimiento del animal antes que lo realizara.
Eventualmente, se retiró por completo la palanca tradicional, permitiendo que Pager jugara Pong usando solamente su cerebro. De acuerdo con Neuralink, este logro abre la puerta a usos más específicos de su sensor y su IA en entornos médicos. Por ejemplo, permitiendo a pacientes con parálisis controlar el cursor de una computadora solo con la mente. Elon Musk sugirió en Twitter que podría permitirles caminar de nuevo, con dispositivos más sofisticados.
Later versions will be able to shunt signals from Neuralinks in brain to Neuralinks in body motor/sensory neuron clusters, thus enabling, for example, paraplegics to walk again
— Elon Musk (@elonmusk) April 9, 2021
Interfaces cerebro-máquina: De la ciencia ficción a la realidad
Aunque los experimentos con Neuralink han puesto este tipo de proyectos en los reflectores, en realidad desde hace largo tiempo que se trabaja con interfaces cerebro-máquina. Según la Interaction Design Foundation, se trata de un campo de estudio que existe desde la década de los 80. Desde entonces habría experimentado un rápido crecimiento en la comunidad global. Al punto que se considera ya no un sub-sector de la computación, sino una disciplina propia.
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Sin embargo, hay múltiples barreras en el mercado que han impedido un desarrollo rápido de esta tecnología. Algunos estudios han señalado que la principal barrera ha sido que aún no se entienden del todo los fenómenos físico-neurológicos que podrían resultar de su uso en seres humanos. A eso se debe de sumar que hay algunos retos en la cuestión de la estandarización de tecnologías. Por eso vale la pena preguntar, ¿qué tan cerca está Neuralink de su sueño?
De acuerdo con CNBC, la compañía de Elon Musk tiene a su favor una agresiva inversión que debería ayudarle a generar resultados más rápido. Asimismo, la fama del también dueño de Tesla juega a favor creando conciencia y expectativa por las interfaces cerebro-máquina. Sin embargo, no se espera que puedan lograrse los proyectos más ambiciosos de Neuralink sino hasta dentro de unas décadas. Así que aún falta algo para salir del entorno de ciencia ficción.
Los logros de Neuralink
A pesar que la compañía de Elon Musk todavía está en las fases tempranas de experimentar con su dispositivo y su tecnología, se han presentado varios resultados positivos en el pasado. Por ejemplo, en julio del año pasado, el empresario sudafricano reveló uno de los usos más interesantes que podría tener Neuralink en el largo plazo. Es decir, habilitar la reproducción de música directamente hacia el cerebro, eliminando por completo la necesidad de los audífonos.
También es posible que Neuralink avance más rápido en el mercado a raíz de los avances de algunas de sus compañías hermanas. Por ejemplo, OpenAI en septiembre del 2020 dio a conocer un nuevo generador de textos. El sistema podía tomar una o dos frases, así como algunas palabras clave, para crear obras y artículos completos. Algo que promete cambiar por completo la forma en que las personas producen contenido en el mediano y largo plazo.
