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La locura, un espectáculo fantástico, algo anacrónico, mezcla sensacional entre circo, teatro y deporte, “las luchas” develan fibras de México, de su mágica paradoja, de su sorprendente gracia y delirantes contrastes.
Las agencias de publicidad somos empresas bipolares. Nos mostramos acérrimas defensoras de los aspectos más creativos y emocionales de lo que llamamos “el arte de la persuasión”.
Alguna vez alguien me dijo la frase “tú haces tu timeline”, cuando platicábamos de lo molesto que resulta leer ciertos mensajes en Twitter.
Desde que salió para algunos pocos, o ahora que está ya abierto a todos, Google+ (Google plus) fue confuso para quienes nunca habían manejado algo más que sólo el buscador. Para quienes usan Gmail es sólo un paso más, y para quienes ya usaban el ahora fallecido Buzz, Google docs o más productos
Recientemente, al voltear el cielo durante una celebración, alguien preguntó: ¿Y esa estrella cuál es, que se ve muy brillante? Súbitamente, el interés creció y entonces alguien dijo: “eso no es una estrella, es un planeta, vean no centellea”.
Son tantos los factores que pueden liderar el foco de un mensaje, publicitario en este caso, que resulta indispensable e interesante analizar algunos, como aristas que empujan asociaciones mentales e imaginarios del receptor hacia un punto clave. El lugar, el espacio donde se ubica la imagen escena de un anuncio tiñe el devenir del mensaje y su impacto en la audiencia.
Interesante el fenómeno que se vivió ayer en la twittosfera alrededor de la aprehensión de Mario Flores, que sin planearlo ni pensarlo se ha convertido en celebridad tuitera.
La idea de la interactividad ha sido explotada mediáticamente desde que el término apareció y se convirtió en una palabra de moda. De pronto era indispensable ser interactivo, lo cual significaba simplemente responder.
No sé si sucede igual en todo el mundo, pero en España nombrar una marca en un medio de comunicación está muy mal visto.
A lo largo del pasado reciente ha surgido la pregunta recurrente sobre cómo será el futuro de la Internet. Evidentemente, el futuro cercano será igual que el reciente, salvo alguno que otro salto cuántico.
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