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Una demanda contra Walmart podría poner en jaque el futuro de la retailer en el sector salud

Por años que EEUU ha lidiado con una ola de adicciones a fármacos opioides, como la morfina, en una crisis que Walmart habría impulsado
  • De acuerdo con Walmart, la demanda de EEUU es una forma de evadir la culpa de la administración federal

  • A su parecer, el mal trabajo de la institución pública permitió que se distribuyeran opioides innecesarios a los consumidores

  • No es claro si las autoridades piensan presentar una acción criminal en contra de esta retailer

Grandes marcas del sector farmacéutico han sido perseguidas por años en Estados Unidos (EEUU) por desatar una ola de adicciones a los opioides en todo el país. Para muchos de los reguladores en el caso, las prescripciones de morfina y otras sustancias similares se daban de forma innecesaria a los pacientes. En el caso, se ha juzgado a directivos, empresas y líderes del sector médico. Ahora, de acuerdo con Reuters, hasta Walmart se verá arrastrada al pleito.

El Departamento de Justicia (DoJ) de EEUU acaba de interponer una demanda en contra de la marca de retail por haber sido una cómplice en esta crisis de opioides. De acuerdo con esta institución, Walmart no solo ignoró las señales de alerta de expertos farmacéuticos. También habría ayudado a mover miles de prescripciones inválida para estas sustancias. La acusación es que la cadena no se tomó su responsabilidad como una proveedora de salud con seriedad.

Según la demanda, la cadena convirtió su sistema de cinco mil farmacias en EEUU en una “cadena de suministro de analgésicos altamente adictivos” desde al menos junio de 2013. Walmart negó terminantemente estas acusaciones. Señaló que la demanda y la investigación del DoJ está “plagada de violaciones éticas históricas”. Apunta también que su retórica obliga a los proveedores de fármacos a, ilegalmente, interponerse entre los pacientes y sus médicos.

Una demanda que podría demoler a Walmart

Como ya se dijo, EEUU lleva largo tiempo librando una batalla cruenta contra todo el mercado de los opioides legales por la crisis que afecta a su país. Antes que Walmart, las autoridades se lanzaron contra Purdue Pharma, de los mayores productores de este tipo de analgésicos. A finales de noviembre, según ABC, la marca se declaró culpable de los cargos criminales en su contra. Muchos críticos aún quieren que sus ejecutivos, no solo la compañía, sean juzgados.


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La acusación contra Walmart no es menor, y no solo por que se trata de uno de los procesos legales más grandes en EEUU en los últimos años. También por la creciente relevancia que tiene para la retailer su imperio health. De acuerdo con WCNC, incluso se ha empezado a preparar para entrar a la crucial (y potencialmente lucrativa) campaña de vacunación para la población contra la COVID-19. A eso hay que sumar su red de hospitales, seguros, etcétera.

De acuerdo con Forbes, Walmart agresivamente ha intentado por años ofrecer un servicio de salud más asequible para el público. En medio de la actual crisis económica y sanitaria de la COVID-19, de acuerdo con Progressive Grocer, la retailer ha logrado posicionarse con fuerza. La demanda amenaza con borrar todo. No solo por la potencial multa, sino por el efecto que el golpe a la confianza al consumidor, y posibles nuevas regulaciones, podrían tener en su futuro.

Un renovado empuje por la salud entre otros agentes

Walmart no solo tiene que preocuparse por la demanda de EEUU. Su negocio de salud podría estar también bajo la amenaza de los intentos de otras compañías por entrar a este sector. Por ejemplo, Amazon hace poco dijo que tenía la intención de entrar al mercado de las farmacias. No solo distribuiría medicamentos de libre circulación. También trabajaría en un sistema para poder vender a los consumidores fármacos que solo puede ser cedidos con una prescripción.

Dentro del mismo sector salud se están desarrollando proyectos importantes que podrían poner en jaque la propuesta de valor de Walmart. Johnson & Johnson en agosto anunció que iba a incursionar en el sector de la telemedicina con ayuda de la startup Thirty Madison. Esta plataforma no solo se ajusta a las nuevas necesidades de atención a distancia del público. A la vez, permitiría a la marca tener un canal directo para vender sus sustancias entre la audiencia.

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