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Un Cuento de Navidad

Hace tiempo un amigo me planteó un problema intelectual. Imagínate -me dijo- que ponen en cartelera una obra teatral que verdaderamente te interesa. Vas a la taquilla del teatro una semana antes y adquieres un boleto de $1,000 pesos. Pasa la semana, vas a la obra y, antes de entrar, te percatas de que te sustrajeron el boleto. ¡Ya no lo tienes!. ¡Te lo robaron!

Por Alejandro Castañeda
Twitter: @elaprendiz55

¿Quieres verdaderamente pasar una excelente Navidad e inmejorable fin de año?

Hace tiempo un amigo me planteó un problema intelectual. Imagínate -me dijo- que ponen en cartelera una obra teatral que verdaderamente te interesa. Vas a la taquilla del teatro una semana antes y adquieres un boleto de $1,000 pesos. Pasa la semana, vas a la obra y, antes de entrar, te percatas de que te sustrajeron el boleto. ¡Ya no lo tienes!. ¡Te lo robaron!

Sin embargo -continúa mi amigo- te informan que hay un excelente asiento libre que cuesta lo mismo. Checas tu cartera y resulta que tienes los $1,000 pesos. ¿Lo compras?.

Mi primera e impulsiva respuesta fue ¡NO!. Para nada. Ya me hicieron la mala obra y no voy a gastar doble. Mi amigo -observándome me aclara: Pero si a ti te interesaba la obra ¿no?. Si -le contesto- pero no a ese precio y, aparte, estaría molesto y dolido.

Entonces mi amigo, con una sonrisa maliciosa me dice… “Entonces prepárate para tener una muy mala navidad y pésimo fin de año”

Pues resulta que cuando tú, por enojo y frustración resultante de un evento negativo ajeno a ti, eres capaz de cortar tu propia felicidad incrementando el efecto de ese evento. ¡Estás castigándote doblemente!. Pongámoslo así: Un castigo viene de afuera, sin control ni manera de prevención. Otro, la negación a ver la obra que te gusta ¡a pesar de que tienes los recursos y existe el asiento!, viene de ti mismo, autoinflingida. No conforme -insistió con el tema- te castigas nuevamente. Tú, te haces juez y verdugo de aquello que no controlas y terminas triste e insatisfecho. “El ladrón te roba dos veces, una el dinero y otra la felicidad”.

Al ver mi cara aún perpleja continuó a forma de explicación.

  • El robo del boleto -me dijo- representa el pasado, los eventos negativos de todo el año mismos que no pudiste evitar y te afectaron. Nos habla de esos errores y desaciertos que a todos nos pasan.
  • El tener el dinero para comprar otro boleto, representa las habilidades, destrezas y características positivas que posees para lograr éxitos en el mañana.
  • Que haya el asiento vacío disponible para la obra que te interesa, representa el futuro frente a ti, las oportunidades que siguen abiertas en la vida para hacerte feliz.
  • Tu negativa a comprar un boleto nuevo, nos habla de tu reluctancia a dejar el pasado atrás. Nos indica tu inhabilidad de olvidar y recomenzar. Nos demuestra que, cuando la vida te ofrece una nueva oportunidad, el pasado se apodera de tu albedrío obligándote a negarla.

Si quieres tener una excelente navidad, alegre fin de año y un fabuloso 2014, ¡compra el boleto!, olvida lo pasado y… diviértete en la obra teatral de tu vida misma que levanta telón este día 24 y, HAZLO… desde un asiento de primera fila.

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