• En México, al menos a una de cada cinco personas menores de 30 años les rechazan empleo por su apariencia.

• Además, según la Encuesta Nacional de Discriminación del INEGI, 19 por ciento recibió una negativa por su edad.

• Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo dicta que las mujeres son las más afectadas: 24 de cada 100 están desempleadas.

El código de vestimenta es una política interna que sí pueden implementar las empresas, siempre y cuando estos no interfiera con la libre expresión de la personalidad o sean discriminatorios para los trabajadores; sin embargo, es un tema que por muchos años se ha puesto en tela de juicio debido al uso que esta permisión legal da a los organismos privados para delimitar lo que es “correcto” mostrar en su imagen corporativa de capital humano, ocasionando múltiples quejas y exhibiciones debatibles en redes sociales. El más reciente ejemplo lo hizo una usuaria de TikTok que se viralizó al mostrar el atuendo “provocativo” por el que la jefa de Recursos Humanos la regresó a casa, argumentando que la empleada “distraía” a sus compañeros.

Aunque esto no ocurrió en México, la viralización del caso deja diversos cuestionamientos en análisis sobre la gestión de personal en la industria. Y es que en nuestro país la Ley Federal del Trabajo (LFT) solo establece como prohibición cualquier acto de discriminación que se ejerza por cualquier condición física, social, de raza o incluso religiosa, al igual que de aspecto físico, como los piercings o tatuajes.

De hecho, el Artículo 3 es muy claro: los empleadores no pueden fijar condiciones que impliquen discriminación entre los trabajadores, pues se arriesgan a multas de los 22 mil 405 a los 448 mil 100 pesos.

No obstante, pese a ello, la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) revela que al menos el 20 por ciento de la población adulta en México ha sufrido algún tipo de exclusión u ofenda por la forma de vestir o el arreglo personal.

Expertos han analizado el ejercicio de códigos de vestimenta y, con el fin de no estigmatizar a la industria, consideran que estos pueden ser una medida necesaria y útil siempre y cuando se ajusten a las necesidades del mercado y no se cruce la delgada línea de la limitación. Empresas pueden acertar en la implementación de sus decisiones si evalúan sus políticas de uniforme y vestimenta en consenso con los principios básicos de derechos humanos.

La sororidad en el trabajo es una necesidad de la industria que debe trabajarse, con el fin de evitar juicios por la apariencia física de las mujeres, madres solteras, madres abnegadas o cualquier tipo de colaboradora con rutinas y hobbies característicos. La sororidad es una necesidad social que cada vez toma más relevancia a la hora de empoderar a las trabajadoras.

Y es que el respeto entre mujeres y la empatía debe trascender hasta el punto de generar un ambiente de trabajo libre de discriminación y sexismo, dando paso a la fraternidad y alianza que permitan tener una visión en la lucha por romper la brecha de género que existe en las empresas.

Mejorar las condiciones sociales y laborales impacta positivamente en el clima organizacional de una compañía, por lo que el principal ejecutor de estas estrategias tiene que ser el área de Recursos Humanos. No obstante, esto no siempre ocurre, sigue siendo una problemática distinguida y representada en la siguiente historia:

Marie Dee es una joven tiktoker que se ha viralizado en redes sociales al mostrar cómo la jefa de Recursos Humanos le pidió cambiarse de vestimenta al considerar que su vestido negro de manga corta era “demasiado revelador”, pese a que este le llegaba hasta la rodilla y no tenía escote.

“Chicos, sucedió de nuevo, me enviarán a casa por mi atuendo”, describe el video.

“Lo siento, todavía no puedes usar eso. Es demasiado revelador y distrae”, se escucha decir a la jefa, mientras la tiktoker la graba a escondidas.

El clip ya tiene más de 30 millones de reproducciones en TikTok y ha causado diversas reacciones, la mayoría de reproche y crítica contra la empresa y la encargada de supervisar el “código de vestimenta” en un entorno formal.

“¡Soy un líder de recursos humanos y creo que su equipo es profesional y pulido!”, Mariah

“Documéntelo y llame a un abogado. Documente lo que usan todos los demás en la oficina”, Suave

“Yo: ¿puedes poner eso por escrito y aclarar exactamente qué es lo que te distrae?”, El entrenador de liderazgo

“Definitivamente vaya al código de vestimenta escrito de la empresa y eleve el problema al gerente de recursos humanos. Si ella es la gerente, diríjase a su supervisor”, El barítono calvo

@notmariedee

This is getting ridiculous.

♬ original sound – NotMarieDee

Luego de que el video se hiciera tan viral, Marie Dee publicó un nuevo video explicando que la encargada de RRHH le ofreció una disculpa, pues el director de la empresa había respaldado a la trabajadora; sin embargo, dejó claro que su opinión propia no había cambiado.

Este ejemplo sólo nos hace analizar la situación laboral que existe hoy en día en México, donde el Senado recientemente propuso una iniciativa para catalogar como discriminación y violencia contra la mujer los códigos de vestimenta sexistas que perpetúen estereotipos, como lo reportó Merca2.0 al hacerse señalamientos directos al atuendo de Hooters.

Sólo queda esperar una resolución final sobre la modificación a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, las cuales cerrarían la puesta a las políticas empresariales a la implementación de cierto tipo de uniformes y prendas.

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