• Es importante que hagas una lista de tus pendientes y los cumplas.

• Te recomendamos que durante tus horas laborales te alejes lo más que puedas de las redes sociales.

• Báñate, cámbiate, siéntante en un escritorio como si estuvieras en la oficina y ponte el chip: ¡a trabajar!

El “home office” llegó para quedarse. O al menos para quedarse un buen rato, aunque algunas empresas han asegurado que la modalidad la dejarán para siempre en algunos empleados. Asistir a una oficina era hasta hace unos meses algo común, pero la pandemia por COVID-19 cambió el escenario y nos obligó a aprovecharnos de la tecnología mucho más de lo que ya lo hacíamos. Sin embargo, lo que sonaba al sueño hecho realidad para muchos, poder hacer trabajo en casa, se convirtió en una pesadilla. El espacio del hogar no está realmente adaptado para nuestra eficacia, hay más distracciones y ante la desorganización, la carga laboral llegó a hacerse más pesada.

Hoy entendemos que el “home office” efectivo es todo un arte y la clave está en la organización. Pero, ¿cómo hacerlo, si no tenemos a un jefe que nos grite y nos haga entrar en razón, al menos no de manera física? Todo está en los hábitos y en hacerte de una rutina. Claro, más fácil escrito que hacerlo, ¿cierto? Pero no te preocupes, que a continuación te daremos algunos consejos si todavía no te logras acostumbrar del todo, aunque ya pasaron varios meses desde que inició la pandemia. La pesada rutina desde casa, tal vez te tenga muy estresado y en el peor de los casos ha llegado a afectar tu salud. Si hasta has considerado dejar tu trabajo, tranquilo, respira, siéntate y lee.

Aleja las distracciones

Sabemos que lo estás pensando, quieres tomar tu celular para checar tu Facebook, Twitter o Instagram. ¡Detente! Este absorbente hábito te puede quitar valiosos minutos. Te recomendamos que durante tus horas laborales te alejes lo más que puedas de las redes sociales (si tu trabajo lo permite, claro). Puedes comenzar desactivando sus notificaciones y así evitarás la terrible tentación que nace cuando escuchas a tu celular vibrar.

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Crea una disciplina

La disciplina es una cualidad difícil de dominar. Establecer una rutina repetitiva nos cuesta trabajo, pues se llega a volver cansado, pero es lo más sano que puedes hacer mientras trabajas. Así como estabas acostumbrado a una rutina cuando ibas a la oficina, ponte un reto similar en tu casa. Desde qué abres primero en la computadora, hasta las tareas que debes hacer, sigue estos pasos al pie de la letra y pronto te acostumbrarás.

Hazlo formal

Tal vez has sentido la tentación de trabajar en pijama y acostado en tu cama, o seguro a estas alturas ya lo hiciste. Pero ten cuidado, que esto puede provocar que te relajes de más, que te distraigas y que, finalmente, le digas a tu cuerpo que es momento de dormir. Aunque no lo creas, psicológicamente puede hacerte menos productivo. Báñate, cámbiate, siéntante en un escritorio como si estuvieras en la oficina y ponte el chip: ¡a trabajar!

Planifica tu día

Para crear la disciplina explicada en el punto anterior, es importante que hagas una lista de tus pendientes. ¿Por qué no cuelgas un calendario frente a ti? Anota todas las actividades que tienes que hacer en el día y trata de llegar al final cumpliéndolas todas.

Un buen espacio

Ya dijimos que lo tienes que hacer formal, así que tómatelo en serio. Seguramente tu casa está más creada para tu relajación y esparcimiento, pero ahora que haces “home office” debes transformar al menos un rincón de ella en tu lugar de trabajo. Este sitio debe ser cómodo (pero no demasiado), silencioso y tener todas las facilidades que tendrías en una oficina, para cumplir con los puntos antes mencionados.