¿Quién no ha sentido la presencia de un adulador? Esa persona que celebra cada gesto o decisión, no por aprecio sincero, sino por interés. A veces nos rodean, y otras, habitan en nosotros mismos, cuando el narcisismo nos seduce y caemos en la trampa de creernos imprescindibles.
Esta figura, tan común como peligrosa, está presente en la política, organizaciones, relaciones personales, y hasta en entornos académicos y culturales. Reconocerla y manejarla con criterio es esencial.
Ideas clave de Plutarco sobre la adulación:
El filósofo Plutarco, en su obra literaria, “Cómo sacar provecho de los enemigos; Cómo distinguir a un adulador de un amigo”, advertía que el adulador no es un aliado, sino un impostor. Su simpatía nace del cálculo, no del afecto.
- La adulación es una forma de manipulación: El adulador finge afecto para obtener poder, favores o protección.
- La amistad verdadera se basa en la virtud: A diferencia del adulador, el amigo auténtico señala errores, no por crítica destructiva, sino por compromiso genuino con nuestro crecimiento.
“Un amigo te confronta con cariño. Un adulador te aplaude con segundas intenciones.”
El perfil del adulador, del aliado y del amigo
A continuación sumaremos el perfil del aliado, y así completar el espectro que puede rodear a cualquier persona que se deje adular. Las intenciones del adulador y del amigo, consideramos que están muy claras, las referidas al aliado las intenciones son muy diferentes y aquí las abordaremos.
Distinguir entre un adulador, un aliado y un amigo verdadero es crucial para tomar decisiones convenientes y rodearnos de personas que aportan, no que manipulan. Aquí se presentan comportamientos típicos de cada uno; ver imagen.
“El adulador nutre el ego. El aliado fortalece la causa. El amigo cuida el alma” Anónimo.
Ejemplos de adulación en política, organizaciones y vida social
1.- En la política, el adulador es quien dice cosas que ni piensa ni siente con tal de halagar el encogido ego del adulado porque disfruta manipulándolo, a la vez que obtiene impresionantes ganancias al hacerlo. (“Rasgos Distintivos Si y Los No”)
- “Es el que puede decirle “genio maravilloso” a alguien que él y todos sabemos no es sino un o una pobre mediocre pretenciosa (o)”.
- Busca cargos, beneficios o visibilidad a través de la lealtad servil, no del mérito.
Ejemplos en México incluyen a políticos y gobernantes de ayer, de hoy y de siempre, conocidos por su complacencia con el poder. Estimado lector, probablemente, ya aparecieron en tu mente más de un político o gobernante lisonjero.
2.- En las organizaciones de cualquier tipo, el adulador usa el elogio para obtener ventajas:
- Se presenta como “colaborador ideal”, evita toda crítica.
- Sube por sumisión, no por resultados.
Elon Musk y la adulación empresarial
La adulación empresarial, amplificada por redes sociales, puede distorsionar el juicio de líderes como Elon Musk, quien retuitea elogios exagerados. Esta validación externa —muchas veces interesada— construye un relato idealizado que inhibe la crítica y favorece decisiones poco objetivas.
Un caso relevante fue su relación con Donald Trump, marcada por elogios públicos y favores simbólicos —como su designación al frente de una oficina de eficiencia en el gobierno de D. Trump—. La alianza se rompió tras desacuerdos políticos, revelando lo frágil y utilitaria de una relación basada en la adulación.
Fuentes: People, The Guardian.
El caso Musk ilustra cómo la fama digital alimenta entornos aduladores, dentro y fuera de las organizaciones, generando riesgos para el liderazgo, la estrategia y la reputación. La clave está en gestionar la atención sin perder contacto con la realidad ni rodearse de voces complacientes.
- En la vida social, la adulación puede manifestarse en diversas situaciones sociales, desde el ámbito laboral hasta las relaciones personales, y puede tener consecuencias negativas para ambas partes. Es importante ser consciente de esta dinámica y evitar caer en la trampa de los aduladores, así como evitar ser uno mismo un adulador.
Cómo detectar a un adulador:
- Observa su reacción ante errores: el amigo corrige, el adulador evade.
- Haz preguntas incómodas: las evitará o responderá con ambigüedad.
- Analiza su relación con el poder: siempre gira en torno a él.
- Detecta halagos frecuentes y excesivos: es estrategia, no aprecio.
- Pon a prueba su lealtad cuando no tienes poder ni beneficio que ofrecer.
Tácticas para aprovechar su presencia sin caer en la trampa:
- Termómetro de ego: Su presencia constante puede indicar que hemos creado un entorno acrítico.
- Espejo de debilidades: El adulador se adhiere a quienes necesitan aprobación.
- Observador de terceros: Quienes lo aceptan sin filtro suelen rodearse de mediocridad.
- Reafirmación de principios: Convivir con aduladores sin sucumbir fortalece nuestra ética.
Ética frente a la adulación
La adulación no es solo una falla social, es una amenaza ética. Distorsiona la verdad, debilita al líder y propicia entornos donde el poder no se cuestiona.
La honestidad, aunque incómoda, siempre construye. Frente al adulador, nuestra respuesta debe ser firmeza, conciencia y templanza.
Rodearnos de personas sinceras que estén dispuestas a decirnos lo que no queremos oír es un acto de madurez y compromiso con uno mismo y con la sociedad. Como decía Plutarco: “El amigo auténtico es quien te mejora; el adulador, quien te degrada mientras te sonríe.”