México, D.F.- La situación del país afecta a la industria económicamente no sólo en lo que a consumo se refiere, sino también con respecto al desarrollo de ciertos procesos en la investigación. Rubén Jara, presidente de Ibope AGB México, indica: “La propia inseguridad hace que la gente tenga más desconfianza, miedo y es más probable que rechacen la entrevista, que acepten hacerla en su casa o hasta en la puerta de la calle, lo que encarece los estudios”.
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Por su parte, Alejandro Garnica, ex director de la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública –AMAI–, reconoce que aunque es un fenómeno mundial y acentuado en nuestro país, aún hay gente dispuesta a colaborar con la industria. “La gente es más cuidadosa para ciertas cosas que antes hacía con mucha facilidad, tales como a quién contestarle el teléfono y qué datos dar. Desgraciadamente ha habido muchas malas experiencias, pero afortunadamente hay que pensar que todavía unas seis millones de personas nos abren la puerta, contestan el teléfono o se detienen en la calle en México anualmente”, reconoce Garnica, quien advierte que esas colaboraciones no deben ser desperdiciadas y destaca la importancia de cuidar los datos de las personas.
