-
FCA y PSA tiene todo acordado para unirse en una fusión de iguales que implica unos US$ 50.000 millones
-
Nacerá el cuarto fabricante mundial de vehículos, con 8,7 millones de ventas anuales
-
Pero surgió un problema: un acuerdo que Peugeot tiene con Huawei, la marca china enfrentada con Estados Unidos
En octubre de 2019, PSA (Peugeot, Citroën, Opel) y FCA (Fiat Chrysler Automobiles) acordaron una fusión.
La decisión es parte de la estrategia de ambas compañías para poder seguir siendo competitivas en una industria automotriz con grandes cambios.
Una vez que se terminen de firmar todos los detalles, nacerá el cuarto fabricante mundial de vehículos, con ventas anuales calculadas en unas 8,7 millones de unidades.
La fusión será al 50% y no implicará, según subrayaron las dos compañías, el cierre de ninguna planta.
De acuerdo con los cálculos de ambas firmas, la operación les significará una ganancia extra de cerca de US$ 3.900 millones que provendrán que “sinergias anuales y progresivas” a las que llegarán gracias a trabajar juntas.
Será un conglomerado que unirá a más de una decena de marcas, desde Fiat, Abarth, RAM y Opel; hasta Jeep, Vauxhall, Peugeot, Citroen, Alfa Romeo, Chrysler, DS, Dodge, Lancia y Maserati.
Sin embargo, hay un problema en el horizonte inmediato y no viene del mundo de los automóviles, sino del de las tecnológicas: Huawei.
PSA tiene un acuerdo con la compañía china y esto es un escollo para la aprobación de los reguladores estadounidenses, país públicamente enfrentado con Huawei.
El problema es que Donald Trump entiende que la marca china, líder en el desarrollo de equipos y redes de telecomunicaciones, esconde intenciones de Beijing de ejercer espionaje, algo que en Huawei niegan.
De hecho, Estados Unidos “baneó” a la marca de los proyectos de despliegue de redes 5G en su territorio y busca convencer a todas sus potencias aliadas de hacer lo mismo.
Incluso analiza apoyar a que empresas estadounidenses compren participaciones clave en Nokia y en Ericsson, rivales de Huawei en ese mercado, para inyectar fondos que sirvan para ahogar a la marca china.
El presidente ejecutivo de Peugeot, Carlos Tavares, no quiere que esto malogre el acuerdo con FCA.
Este martes 3 de marzo dijo que el fabricante de automóviles francés hará todo lo que tenga que hacer para que su asociación con Huawei no sea un escollo, si es que las autoridades de Estados Unidos lo convierten en una condición para aprobar la fusión con Fiat Chrysler.
Peugeot necesita el consentimiento de las autoridades estadounidenses para completar la que implica unos US$ 50.000 millones.
“Tenemos una asociación con Huawei, que está vinculada con otro acuerdo con la compañía francesa de telecomunicaciones Orange, no estamos en relación directa con ellos. Pero, por supuesto, escucharemos a las autoridades estadounidenses y seguiremos todas sus instrucciones”, dijo Tavares dejando en claro que no tiene ninguna intención de que esto frustre la firma con FCA.
El acuerdo de Peugeot con Huawei proviene de 2017, cuando la marca de Francia comenzó a desarrollar con la compañía China y Orange un sistema de vehículo conectado basado en la nube que ya se ha implementado en seis millones de automóviles en Europa y en el gigante asiático, publicó Reuters.
FCA y Peugeot están a punto de firmar la unión, pero en los Estados Unidos hay un problema: el acuerdo que la PSA tiene con Huawei, enemiga pública del país de Donald Trump.