• La publicación de la profesional causó todo un debate sobre el por qué le cayó esta responsabilidad a ella.

• Durante el 2020, el año de la pandemia, hubo 92 mil 739 divorcios.

• Tener bien definida la delgada línea entre la vida profesional y personal podría evitar una importante crisis.

Una abogada ha mostrado su particular situación, ya que nunca se imaginó que su carrera implicaría divorciar a sus padres.

Los divorcios son una realidad a la que millones de parejas alrededor del mundo se someten luego de que su relación no termine funcionando del todo bien, pero beneficiando a algunos actores de por medio, como bien lo pueden ser los abogados al prestar sus servicios para la realización de contratos y apoyo en todo tipo de trámites que conlleva esta acción, hecho que ha ido en constante crecimiento con el pasar de los años.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), desde el 2010 y acumulando 86 mil 42 divorcios, año con año estos fueron aumentando hasta llegar a su máximo pico en 2019 y registrar 160 mil 107 divorcios; a pesar de esto, la pandemia repercutió de manera curiosa ante esta cifra, ya que estas separaciones decayeron para registrar “solamente” 92 mil 739 durante 2020 (cifra donde factores monetarios como la. crisis económica pudieron repercutir directamente para su declive).

Teniendo en cuenta que pueden haber bienes mancomunados de por medio y otros puntos de interés, los abogados juegan un papel indispensable dentro de esta decisión (como bien se demostró en el juicio de Johnny Deep y Amber Heard), donde su profesionalismo se pone a prueba.

Estudia derecho y termina divorciando a sus padres

Una abogada ha compartido su experiencia con los usuarios en redes sociales, mencionando que nunca imaginó estudiar una carrera en derecho para a final de cuentas divorciar a sus padres, hecho que llamó la atención de los internautas, haciendo su publicación viral y abriendo un debate alrededor de esta situación.

No entiendo porque los divorcias tú. Que busquen a alguien más, diles que te lastiman, no es tu lugar hacer eso. Si lo entienden buscarán a alguien más. Si no lo entienden y no les importan tus sentimientos y tú bienestar, que tampoco te importe el de ellos y niegate totalmente.

— Elda (@eldamogc) June 4, 2022

Y por qué tendría que ser poco ético.

Mientras la abogada se conduzca con ética y profesionalismo, eso no es ni siquiera un tema

— El Franja (@el_franja) June 4, 2022

Jajajaja

Los hay.

Y la falta de ética y demás vicios que puedas mencionar, no son exclusivas de los abogansters.

Las tienen por igual arquitectos, contadores, ingenieros químicos, diseñadores, empresarios, carpinteros, lavanderas y un largo etc.

— El Franja (@el_franja) June 5, 2022

Si bien esta abogada que le ha tocado divorciar a sus padres ha despertado la incertidumbre en las rede sobre el por qué ella tendría que hacer eso, los usuarios han expuesto un importante punto, el profesionalismo a toda costa.

Mantener la línea personal y profesional separada

En el mundo empresarial hay un dicho que probablemente hayas escuchado en más de una ocasión, los negocios y amistades nunca van de la mano; no obstante, esto no debería de suponer un problema, si es que una persona se encuentra actuando con profesionalismo y dejando de lado cualquier relación personal, preferencia u inclinación que pudiera opacar su visión objetiva, hecho que habla mucho sobre la imagen de un experto.

Este tipo de realidad donde las personas pudieran llegar a perder un poco los estribos de su vida personal y afectar su perfil profesional lo hemos visto recientemente a un mayor calibre y resultando en una considerable crisis de marca personal, particularmente con el caso de Christian Nodal al lanzar su canción atacando a J Balvin, la cual si bien, cumplió con el objetivo de posicionarse ante la mirada de miles que buscaban dar seguimiento a esta pequeña disputa, la imagen del artista se vio considerablemente afectada ante la percepción de sus seguidores, quienes le recomendaron mejor ir a terapia.

La vida profesional y personal es separada por una delgada línea que debemos cuidar de no sobrepasar, ya que podría poner en riesgo nuestra imagen como expertos capacitados.

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