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desarrollo profesional
James Hernandez

El teletrabajo y su aplicación en la postpandemia

Tan arraigada está la figura del teletrabajo, que ya en nuestra región se han comenzado a dar pasos legales tendientes a la regulación del mismo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un informe denominado “Desafíos y oportunidades del teletrabajo en América Latina y el Caribe”, en el cual sostiene que, según estimaciones preliminares, “en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre de 2020, unos 23 millones de personas teletrabajaron en la región”.

Esta cifra representa entre el 20 y 30% de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando, lo que implica un aumento gigantesco de esta forma de trabajo, ya que antes de la pandemia, en el año 2019, la cifra de uso de esta forma de desempeñar las funciones laborales era inferior al 3%.

Según Vinicius Pinheiro, Director de la Organización para América Latina y el Caribe, “la crisis causó una aceleración de tendencias en los mercados laborales, lo cual deja la sensación de que, junto a la situación dramática de la pérdida de empleo, el futuro del trabajo se estuviera manifestando antes de lo esperado.

Igualmente manifiesta que “el teletrabajo ayudó a amortiguar los impactos negativos de la crisis en los mercados de trabajo contribuyendo a la preservación de millones de empleos. Tras la recuperación seguramente seguirá siendo una opción y generando nuevas oportunidades, aunque está claro que aún está pendiente responder a desafíos tanto para los trabajadores como para las empresas que debieron implementarse rápidamente”.

En virtud del crecimiento exponencial de esta modalidad y la proliferación de formas híbridas que combinan trabajo presencial y trabajo a distancia, debemos entender y estar preparados para la continuidad del teletrabajo, ya que por lo que se ha visto, llegó para quedarse.

Empresas como Twitter y Microsoft han decidido continuar bajo esta modalidad e inclusive disminuir sus espacios físicos de trabajo, ya que con ello pueden ahorrarse gastos de arriendos o alquileres, seguros patrimoniales, servicios públicos, seguridad física, entre otros. Por su parte, para los trabajadores representa en algunos casos una forma de trabajar con flexibilidad de horarios, siempre y cuando se logre llevar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

Señala el informe que “El teletrabajo facilitó la continuidad de ciertas actividades económicas y, con ello, de la relación laboral, lo cual resultó de particular importancia teniendo en cuenta el fuerte impacto negativo de la crisis en los mercados de trabajo de la región”. “Esta modalidad plantea desafíos que deben ser abordados de modo de asegurar que contribuya positivamente al mundo de trabajo, tanto para las empresas como para los trabajadores”.

Retos que deberán ser atendidos

Tan arraigada está la figura del teletrabajo, que ya en nuestra región se han comenzado a dar pasos legales tendientes a la regulación del mismo, de caras a proteger al trabajador y asegurar que esta modalidad contribuya positivamente al crecimiento de la ocupación laboral y la reactivación de la economía. Buenas prácticas que protejan los derechos, la salud y el bienestar de los trabajadores, que generen una cultura organizativa para aprovechar eficientemente las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, y obtener ganancias de productividad y resultados eficientes de acuerdo a los objetivos y posibilidades de las empresas, son algunas de las metas que se buscan con la regulación.

A nivel de estadísticas podemos observar en el referido informe lo siguiente:

  • Según el nivel educativo, el aumento del trabajo desde el domicilio se verificó fundamentalmente entre los trabajadores de mayores calificaciones. En el segundo y tercer trimestre de 2020, entre el 40 y el 60 por ciento de los ocupados dependientes con nivel educativo universitario estaban trabajando desde sus hogares.
  • Según el tipo de ocupación: Han sido las ocupaciones profesionales, técnicas y gerenciales las que registraron los mayores incrementos en la incidencia del trabajo desde el domicilio.
  • Según la formalidad/informalidad: Fueron los trabajadores formales quienes tuvieron mayores probabilidades de continuar sus actividades desde el domicilio. Desde el segundo trimestre de 2020 el 80 por ciento o más de esta modalidad de trabajo estuvo desarrollada por asalariados formales.
  • Según el género: Se mantuvo la mayor incidencia del trabajo desde el hogar en el empleo femenino, alcanzando, en algunos casos, a un tercio de las mujeres asalariadas que continuaron con una ocupación. Durante este período las mujeres se han dado cuenta de más de la mitad del uso de esta modalidad entre los asalariados.
  • Según la edad: Entre el 50 y el 60 por ciento del trabajo desde el domicilio durante la pandemia ha estado concentrado en los asalariados de edades centrales (25 y 44 años). Le siguen en orden de importancia las personas de 45 años y más.

Pero no todo ha sido positivo con el Teletrabajo, por lo general las personas tenemos tres espacios donde desarrollamos nuestra vida, el primero se refiere al espacio físico donde realizamos nuestro trabajo; el segundo al espacio de compartir, distracción, asociado a las salidas a compartir luego del trabajo que sirven para distraerse y relajarse; y, el tercero, nuestro hogar, que sirve de confort y descanso. Si los trabajadores no logran identificar y delimitar bien estos espacios porque todos confluyen en un mismo sitio, es difícil identificar lo que es trabajo y lo que es no trabajo, y podemos llegar a presentar niveles de aumento de estrés.

Encontramos que el síndrome de “burnout” o síndrome de “estar quemado” o “síndrome de agotamiento profesional”, también entendido como estrés laboral, ha venido en aumento en los últimos dos años. Según cifras de la Organización Mundial de Salud, México es el país con mayor nivel de burnout en el mundo, se estima que el 75% de las personas trabajadores padece de estrés laboral crónico, es decir, 8 de cada 10 personas padecen de esta afectación; mientras que en China son 7 de cada 10 y en Estados Unidos, 6 de cada 10.

Dentro de los retos que considera la OIT para que los estados puedan avanzar en materia de teletrabajo encontramos los siguientes:

  • Principio de voluntariedad y acuerdo entre las partes.
  • Organización y tiempo de trabajo.
  • Seguridad y salud en el trabajo.
  • Equipamiento y elementos de trabajo.
  • Protección del derecho de privacidad de los trabajadores.
  • Dimensión de género y teletrabajo.
  • Rol de los actores sociales.
  • Relación laboral y cumplimiento de la legislación.

Corresponde entonces a los estados y a las empresas desarrollar políticas destinadas no sólo a regular el teletrabajo, sino además, a lograr actividades que ayuden a los colaboradores a separar la actividad laboral, de la vida personal, a lograr espacios de esparcimiento, goce y disfrute para poder aligerar esta carga y reducir los niveles de estrés laboral en sus empresas.

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