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Publihistorias: Harina de papa, harina de arroz y una botana en tubo de cartón

Sin duda se trata de una botana con mayor diseño y un importante número de personas encargadas del desarrollo del proyecto.

Sin duda se trata de una botana con mayor diseño y un importante número de personas encargadas del desarrollo del proyecto. El caso de Pringles. Esa especie de papa frita, que no es papa y que es moldeada para poder ser empaquetada de una manera eficiente y económica.

Pringles está elaborada de una masa que contiene 42% de harina papa y el resto son otros ingredientes que incluyen harina de arroz, de trigo y/o de maíz, entre otros ingredientes.

Pringles nació en los laboratorios de investigación de Procter and Gamble en Cincinnati, buscando resolver una serie de problemas que presentaban a mediados de los años cincuenta del siglo pasado las papas fritas, la primera era que la fragilidad de las papas fritas que al ser delgadas se volvían quebradizas durante su manipulación para la distribución y exhibición del producto.

Después estaba el problema de la grasa que además de quedarse en los dedos del comensal, se arranciaba con el tiempo; consecuencia del sol y el aire al interior de la bolsa, modificando el sabor del producto. El primero en atacar el problema fue un ingeniero de nombre Frederic Baur, él es el responsable de la forma curva e hiperbólica de la botana y de lo delgado de la misma, sin embargo, Baur no pudo resolver el problema del sabor y la fritura de la masa. Baur que después regresaría a la marca para aportar la forma de almacenamiento de las botanas fue transferido a otra marca. La idea fue retomada en los sesenta y entonces la responsabilidad cayó en otro investigador de P & G llamado Alexander Liepa. Liepa desarrolló un sabor agradable de la botana y además obtuvo la patente de la masa. Junto con la masa correcta se necesitó una máquina dedicada a freír las “papas” sin alterar la forma que Baur diseñó y que permite que las botanas se apilen una sobre otra evitando que su dispersión sea la causa de fragmentación de las botanas.

Fue otro ingeniero quien resolvió el problema al adecuar una maquina alemana. Gene Wolfe un veterano de la Guerra de Corea fue el responsable de rediseñar esta máquina, curiosamente después de graduarse en la Universidad de Houston como ingeniero, Wolfe se dedicó a su otra pasión que es la escritura donde se ha desarrollado como un importante de escritor de ciencia ficción, autor de una tetralogía llamada Ciclo Solar.

Mientras en Procter & Gamble, Baur regresó al proyecto de Pringles para desarrollar el empaque del producto. Baur diseñó entonces el tubo de cartón circular y con la medida precisa para que la pila de frituras no se desparrame y de esta manera no se rompan las “papas”. El tubo va entonces sellado en su interior con una capa de aluminio plastificado, que impide el paso del aire manteniendo el producto envasado libre de la oxidación del aceite. También se menciona a Victor Mills, el ingeniero responsable del invento de Pampers, como otro ingeniero involucrado con Pringles, sin que se especifique cual fue su contribución.

El nombre del producto no es claro y una de las historias más aceptada se refiere a que surgió por el parecido con una calle de la zona metropolitana de Cincinnati. Pringles salió a la venta en 1967 en la zona cercana a Cincinnati y fue hasta 1975 que se comenzó a distribuir en todo Estados
Unidos. En 1991 Pringles comenzó a ser exportado.

Ya en 1967 el logo de Pringles era ya la cabeza del hombre de bigotes retorcidos llamado Julius Pringle. En su evolución hoy la cabeza semeja más a la fritura, que también aparece representada en el punto de la “i”. En cuanto al slogan y con referencia al sonido de abrir el tubo al alto vacío P& G optó por “Once you pop, you can’t stop”. (Una vez que destapas, no puedes parar).

En 1989, Brad Pitt, en uno de sus primeros papeles a cuadro, apareció en un comercial de Pringles.

En 2008, Fred Baur regresó a la historia de Pringles en una forma que se convirtió en una macabra leyenda urbana. Ese año murió el creador de la lata que durante la década de los ochenta estaba tan orgulloso de su invento que pidió a sus hijos que al morir lo enterraran en uno de estos tubos.

Los hijos recordaron, entonces, la petición de su padre y depositaron una parte de sus cenizas en un tubo de sabor original, decidido por consenso, y enterraron el tubo, lo que llevó a los alarmistas a circular un rumor acerca de que ciertos tubos de Pringles contenían restos de su inventor.

En 2012 Procter and Gamble vendió la marca a Kellog’s. Pringles se vende en más de 140 países y en una variedad de sabores que incluyen camarón, alga marina, camote con canela, ajo y camarón, pay de calabaza, chocolate blanco y menta, salami ahumado entre otros que no parecen nada apetecibles.

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