Es común pensar que el jefe es quien debe establecer responsabilidades y delimitar los roles de sus subordinados. Sin embargo, quien deseé tener una mayor proyección y un mejor desarrollo dentro de su organización, debe también saber manejar a su jefe.

La perspectiva desde la que abordes y definas la relación con tu jefe establecerá, en gran medida, las reglas que operarán entre ambos y marcará el curso que ambos perseguirán. Si bien, lo común es que el jefe sea el que pide, ordena y maneja las situaciones que se presentan, es indispensable desarrollar un cierto nivel de capacidad para manejarlo.

Establece las reglas de la relación
Tener un jefe implica tener una relación. Aunque está se mantenga en el plano estrictamente profesional, es común convivir con éste mucho tiempo (incluso más que con la familia). Establecer reglas claras que te permitan saber que esperan de ti y externar tus expectativas, es la base para manejar una buena relación.

Explota la confianza
No solo implica establecer un nivel de confianza entre tu jefe y tú, sino manejarla a tal nivel que tanto tú como tu jefe salgan beneficiados de ésta. Para ello es indispensable establecer una total transparencia en la que si uno comete un error se diga con todas las palabras.

Aprende todo lo que puedas de tu jefe
Conocerlo en todos los aspectos. Esto te permitirá colaborar mejor con él, ayudarlo a prever situaciones y, en sí, a cuidarle mejor “las espaldas”. De igual forma, permitirá que te conozca y entienda mejor, por lo que puede ayudar a mejorar notoriamente la relación.

Domina la situación de tu compañía
Aprende todo lo que puedas acerca de tu compañía. Situaciones por las que atraviesa, problemas que deben resolverse, oportunidades y amenazas en la industria y como se interrelaciona todo esto con las responsabilidades tuyas y de tu jefe. Entre más sepas, incrementarás tu nivel de confiabilidad y tu jefe podrá apoyarse más en ti.

Establece una comunicación fluida
Es mucho más común de lo que podría parecer suponer lo que se espera de uno con relación a una tarea específica y en realidad no saber. Hay ocasiones en las que es mejor resolver rápido un asunto otras en las que es necesario invertir más tiempo en perfeccionarlo, algunas en las que se espera que resuelvas algo por completo o en las que es más conveniente solicitar asistencia u ofrecer alternativas. En cualquiera de los casos, lo mejor es establecer un nivel de comunicación tal que realmente nos permita saber que se requiere de nosotros en cada caso particular.

Cuando realmente te comprometes con tu jefe y buscas que le vaya bien a él, es muy probable que te vaya bien a ti por consecuencia. Si este sube en la organización, seguramente subirás tú también. Es decir, tú te comprometes a su desarrollo y el al tuyo. Si, por el contrario, percibes que tu jefe no está comprometido con tu desarrollo, entonces es momento de buscar nuevos aires.

Tener un buen jefe, es clave para proyectar de mejor manera tu carrera. Me encantaría saber qué piensas. Comparte tu opinión en este espacio y mantengamos la conversación en Twitter: @carlosluer. Nos seguimos leyendo por aquí.