Después de dos años parece que  la pandemia se terminó, adiós al uso de cubrebocas, al alcohol en gel, a la cancelación de conciertos y a las calles vacías, ello, es una excelente noticia sobre todo por la recuperación económica, sin embargo, a la distancia, quedan las cicatrices por la muerte de las 324 mil personas que fallecieron por Covid 19 en México de acuerdo con el gobierno de México. 

La pandemia le pegó a todos sin importar su clase social, sin embargo, aquellos que tuvieron la oportunidad de pagar un servicio de hospitalización privada, pudieron dejar de trabajar y aislarse o de tener un tratamiento lograron sobrevivir.

El doctor Héctor Hernández Bringas, investigador titular del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), realizó un perfil socio demográfico de las personas que murieron por Covid 19 en México y en su muestra descubrió que 70 por ciento de los fallecidos tenían estudios de primaria, inferiores o no tenían estudios. 

De esta manera, hasta octubre de 2021, las carencias socioeconómicas y el desconocimiento de las medidas sanitarias pueden ser reflejo de las muertes, al menos en el país,  de acuerdo con el especialista. Por otro lado, explica que las personas que ignoraban padecimientos previos por no tener acceso a atención sanitaria también son las que murieron. 

El estudio del doctor se alimentó de los certificados de defunción que emite la Secretaría de Salud y en él descubrió que dos de cada tres muertes, fueron de varones lo que puede explicarse debido a que fueron los hombres los que permanecieron en sus trabajos, aunque las amas de casa y las personas sin empleo representaron 30 por ciento de las muertes, mientras que 13 por ciento eran empleados gubernamentales.

Por otro lado, el estudio: El efecto del ingreso en la mortalidad y hospitalización por Covid 19, que realizaron científicos externos en colaboración con especialistas del Instituto Mexicano del Seguir Social (IMSS), demostró que las comorbilidades previas fueron un factor decisivo para morir o no por Covid 19, sin embargo,  un diabético pobre tuvo más probabilidades de morir que un diabético rico. 

De nuevo la población más vulnerable del país fue la más afectada y es doloroso pensar que pese a estar enfermos tuvieron que salir a trabajar y por eso murieron y claro, sino salían a trabajar pues morirían pero de hambre en sus casas. 

Esta ha sido la pandemia más grave en el país y en el mundo en la historia reciente pero vendrán más y es una buena ocasión para mejorar los servicios de salud pero de verdad hacerlo, mejorar la educación, reducir las brechas de desigualdad, que las autoridades se pongan de acuerdo con medidas tan básicas como el uso de cubre bocas que en México ha sido considerado como arma política y ha servido incluso para que algunos abusen al cobrar multas por no portarlo aún cuando ya no es una “prioridad” de acuerdo con las autoridades federales;  de no considerar todo lo anterior la historia se repetirá y contrario a lo que tanto predica el presidente Lopez Obrador, serán primero los pobres, pero en seguir muriendo.