En las últimas dos semanas han circulado por redes sociales y medios de comunicación imágenes de los espectaculares que promocionan a Adán Augusto López para convertirse en el candidato de Morena para las elecciones presidenciales de 2024. La imagen ha llamado la atención por dos temas: el gasto que suponen los espectaculares; y el hecho de que el ex secretario de gobernación no sabe agarrar un bate de béisbol.
Y es sobre este último punto donde me quisiera enfocar. Un hecho que para muchos, quizás la mayoría, sea una simple anécdota lo considero como una muestra de la falta de seriedad del equipo de trabajo y de una persona que tiene aspiraciones presidenciales en México.
No hay que ser experto en “rey de los deportes”, como el mismo Adán Augusto López se ha referido al béisbol, para saber que quienes batean del lado derecho colocan debajo su mano izquierda y arriba la derecha; mientras que para quiénes batean del lado izquierdo, es al revés.
Por lo tanto, la imagen del aspirante de Morena no sólo demuestra una total ignorancia del deporte que se dice fanático, sino que dentro de su equipo de imagen y comunicación el desconocimiento es el mismo.
Pero, ¿cuál es la relevancia de que haya habido un error como este? Si nos trasladamos a otro contexto, ¿qué pasaría si Elon Musk confundiera un coche eléctrico con uno híbrido?, por lo menos algo de desconfianza caería sobre su figura.
Así que ¿cómo se podría tener confianza para gobernar un país a una persona y un equipo de trabajo que se percata de detalles básicos, en este caso de imagen? ¿Cómo se podría tener la confianza de saber que se van a analizar todas las aristas necesarias ante un tribunal de controversias, por ejemplo, del T- MEC?
Ante la falta de propuestas reales o debates por parte de estos precandidatos para que podamos analizar como votantes a quién consideramos más pertinente para guiar el destino del país no nos queda otra opción, por el momento, que fijarnos en los detalles que nos transmiten.
Hasta el momento lo que se podría decir en el caso de Adán Augusto López es que si como batea, gobierna…
En la comunicación en general, más aún en la política, cada acción emite un mensaje que debe ser cuidado y ajustado a lo que se desea transmitir. De lo contrario, las consecuencias para el personaje pueden ser muy perjudiciales por no tomar en cuenta estos detalles, al punto de que toda una campaña política puede desmoronarse.
Nuevamente cambiando radicalmente el contexto, muchos podrán recordar como referencia el debate presidencial entre Richard Nixon y John F. Kennedy de 1960, que se convirtió en el primer debate electoral televisado en la historia de Estados Unidos. John F. Kennedy fue considerado ganador por quienes vieron el programa, mientras que Nixon por quienes lo escucharon. ¿Cuál fue la diferencia? la imagen sudorosa de Nixon lo destruyó ante las cámaras. Así que, la imagen siempre cuenta.