Para mi fortuna, en unas sesiones que moderé hace bien poco, consumidores participantes me dieron argumentos muy favorables acerca de un trío de ejecuciones que ya de por sí me habían resultado interesantes.

Te cuento.

¿Cómo de que no?

Si bien la ya no tan reciente creación de la versión mexicana de Amazon me parecía un poco escasa en oferta, su crecimiento tanto en oferta como en compradores ha ido expandiéndose de forma bastante sólida.

Y de repente aparece en nuestra tele una campaña que además de pegajosa resultaba interesante. En franca competencia frontal con unas ejecuciones que fueron innovadoras y altamente recordadas (y recordables) en nuestra pantalla por parte de Mercado Libre.

Amazon expone situaciones que sin ser reales quedan en una delgada línea fronteriza con lo fantasioso y terminan por ser creíbles. Las dos que he visto: una mamá que logra atraer a su hijo de la atractiva convivencia callejera para que venga a recoger su cuarto, o la otra mamá, pero de un perrijo, que convence a su criaturita de salir a pasear a pesar de la lluvia… ambos por medio de esas cosas raras que solamente consigues por medio de Amazon.

Lo más divertido es la pegajosa música (disculparás, estimado lector, de no poder identificar el género musical por su nombre) con el superrítmico “¿cómo de que no? que-no que-no…” ¡me encanta!

Dos cubitos…

Otro lindo hallazgo es el spot de la mamá que manda al chamaco Miguel a la tienda, con cinco pesitos, a comprar “dos cubitos de Riko Pollo de Riko Pollo”. Si bien resulta altamente polémico entre las audiencias (unos lo aman y otros verdaderamente lo aborrecen), el comercial es memorable y cumple con su cometido.

Otra vez, el recurso de una tonadita pegajosa es sobresaliente, sin ser jingle, la situación y la actuación bastante naturalitas, y el niño… ¡simplemente adorable! (para mí y para algunos más, también).

El mensaje es simple y claro: tres cubos de consomé de pollo de calidad al precio de dos, que se comunica de forma directa y sin rebuscamientos, te guste o no este spot.

I’m a Rocket Man

Dejo para el final a la madre de las ejecuciones. A diferencia del que menciono en el párrafo anterior, me refiero a un comercial global, pero que no necesita traducción ni tropicalización.

Se trata de un avestruz que hace realidad su sueño ¡y vuela!, mientras los demás de su ‘parvada’ (¿será?) lo ven con expresión de entre asombro, incredulidad y envidia… Y lo logra gracias a la magia de Samsung a través de sus lentes de realidad virtual. La música no podía haber sido mejor elegida, Rocket Man de Elton John, una de mis canciones favoritas en la vida.

Pocas veces me he sentido TAN sorprendida por un comercial. Lo vi y me sentí deleitada… y se me hizo agua la boca como niña hambreada y sin lana, de paladar dulce, en confitería de lujo (¿o apoco no se siente algo así cuando como publicista ves un anuncio que te parece casi irreal?).

La opinión de los entrevistados en mis sesiones concuerda con la mía. El comercial es simplemente excelso.

La verdad es que es una delicia ser testigo de publicidad bien hecha. No importa si es de premio de ventas o de premio de belleza. El chiste es que, cuando o veas, digas “ah, pero cómo me hubiera gustado haber sido yo quien hiciera ese anuncio” ¿te ha pasado?

Si no has visto los spots a los que hago referencia, están todos en YouTube sin mayor complicación para encontrarlos.

Y si tienes en tu haber alguna linda versión de anuncio, comercial, spot, banner u lo que sea y que sea digno de ser admirado y alabado, por favor no dejes de compartírmelo en Twitter @LaBreton. En estos tiempos de publicidad chafa, un reivindicador no nos cae nada mal… y el que quiera objetar, ¡qué objete! Besito mua.