Desde el feed de TikTok hasta las pantallas de resultados en Amazon, la primera evaluación que recibe tu marca ya no proviene de una persona, sino de un sistema automatizado. Los motores de recomendación, los sistemas de detección de relevancia y los modelos de clasificación visual son ahora intermediarios clave entre tu identidad de marca y tu audiencia.
Como señala Kevin Kelly en The Inevitable, estamos entrando en una era en la que “la atención ya no es capturada por humanos, sino organizada por máquinas”. Y en ese nuevo contexto, diseñar también es programar visibilidad.
Scroll-stopping para humanos, legible para robots
Una marca ya no solo necesita destacar para las personas: necesita ser leída por la IA. Esto implica repensar cómo se presentan colores, formatos, texto y jerarquía visual en cada canal. Por ejemplo:
- En plataformas como Instagram y TikTok, el thumbnail lo es todo. Es el “cartel callejero” del siglo XXI. Un frame mal elegido puede hacer que el contenido pase desapercibido, incluso si es excelente.
- En Amazon, el fondo blanco y el ángulo del producto son cruciales para que el algoritmo lo priorice en búsquedas y sugerencias.
- En Google, el alt text y el nombre del archivo de una imagen pueden ser tan importantes como el diseño mismo.
Marcas como Glossier han entendido esta lógica. Sus visuales están pensados tanto para atraer miradas humanas como para mantener consistencia algorítmica: fondo claro, producto en el centro, contraste limpio, formatos verticales, legibilidad total. No es casualidad: es diseño optimizado para los motores que distribuyen contenido. https://www.glossier.com/
Branding en formato de dato
La IA no “ve” como nosotros. Interpreta patrones, pesos de color, estructuras espaciales y metadatos. Y eso significa que una identidad mal implementada puede perder fuerza en canales clave. No basta con tener un buen logo: hay que pensar cómo se comporta en tamaños reducidos, en resoluciones bajas, en feeds con cientos de estímulos por minuto.
Pattern Brands, un colectivo de e-commerce que crea y adquiere marcas de consumo directo al cliente, trabaja con esta lógica. Cada marca que lanzan (como Equal Parts o Open Spaces) está diseñada no solo con estética en mente, sino con una estructura visual optimizada para su distribución algorítmica: contraste, velocidad de lectura, formatos adaptables y consistencia semántica. https://www.patternbrands.com
Tu branding también entrena modelos
Además de cómo los algoritmos distribuyen contenido, debemos considerar cómo aprenden de él. Una marca repetitiva, mal clasificada o visualmente inconsistente puede terminar alimentando modelos que la etiqueten mal, la ignoren o incluso la confundan con otra.
Como explica Kate Crawford en Atlas of AI, la IA se entrena con grandes volúmenes de datos etiquetados. Si tu marca está presente en esos flujos de entrenamiento de forma confusa, su futuro reconocimiento algorítmico puede verse comprometido. Tu diseño se convierte en entrenamiento automático.
No es solo estética, es estructura de información
En este nuevo contexto, el diseñador y comunicador ya no solo compone: también estructura información para sistemas. El branding necesita ser visualmente efectivo para humanos, sí, pero también predecible, limpio y legible para las máquinas. No se trata de crear para algoritmos, sino de comprender cómo influyen en la visibilidad, distribución y comprensión de la marca.
En otras palabras, tu marca debe aprender a hablar dos idiomas: el emocional, para conectar con personas; y el estructurado, para ser comprendido por algoritmos.