Las guerras a lo largo de la historia han iniciado por diversas razones, desde la que escenificaron Esparta y Troya por el secuestro de la bella Helena, hasta la que iniciaron los Japoneses al atacar Pearl Harbor, situación que dejó media flota americana hundida en el pacífico y que motivó a los Estados Unidos a involucrarse en la segunda guerra mundial.
Lo cierto es que los motivos por los que se inician las guerras tienen que ver por el control de recursos naturales, la desigualdad, territorios, motivos étnicos, comerciales y tecnológicos.
Pues bien, la actual y cruenta guerra en Oriente Próximo, inició por un artero ataque del grupo Hamás a territorio de Israel en donde murieron más de 1000 personas y fueron secuestradas 250 más. Del 7 de octubre del 2023 a la fecha, han muerto más de 41, 000 personas y estas hostilidades se han extendido fuera de las fronteras de Gaza al abrirse un nuevo frente en el Líbano que involucra de suyo a Irán y tiene preocupados a las potencias que apoyan a ambos bandos: Rusia y los EUA.
Después de un año, período que se ha escrito en la historia como la guerra más larga en la zona, la población desplazada ha llegado a la marca del 90%, teniendo al resto de los habitantes que permanecen en el lugar viviendo en condiciones infrahumanas.
Por más llamados que los líderes globales han hecho, el conflicto sigue en lo más alto en la escala de la intensidad y no han logrado que los ánimos se calmen. Las preguntas por contestar son dos y resaltan con fuerza… -¿ Por qué se está prolongando esta guerra?, ¿Qué la mantiene viva?…-
Analicemos estos factores.
- Benjamín Netanyahu lidera un gobierno de coalición de partidos de derecha, apuntalada por el Likud, fundado en 1973, misma agrupación política a la que pertenece Netanyahu y a quienes prometió destruir a Hamás. Esta razón es estrictamente política y sin duda es una promesa inalcanzable debido al arraigo del grupo en la franja de Gaza que se sostiene en dos columnas, la militar y precisamente la política que además contiene una idea, un concepto, muy poderoso que es difícil de ponerle fin.
- Netanyahu mantiene vivo el objetivo de rescatar a los más de 200 israelíes que fueron secuestrados el 7 de octubre del año pasado y que el grupo guerrillero mantiene ocultos en lo quinientos túneles que han construido para ocultarse de sus enemigos.
- El nivel de ira y venganza por los hechos ocurridos hace un año, mantiene firme la decisión de Israel de provocar el mayor daño posible a Hamás, sin darle tregua ni perdón alguno, aspecto que se le han reclamado en todo el orbe, pues ha rebasado los límites de una repuesta militar equivalente.
- En el punto anterior se observa que ha faltado una estrategia de comunicación más efectiva de parte de Israel que no puede borrar de la mente de todos, las imágenes de niños y mujeres inocentes muertos por sus misiles. De tal fortuna , que la narrativa del conflicto la está perdiendo Netanyahu por más esfuerzos que hace para imponer su argumento que es el único país que hace frente a la amenaza que significa Irán para el mundo.
Esperemos que impere la razón y la lógica geopolítica para que pronto termine este conflicto que nos mantiene en vilo a todos sumando además las repercusiones económicas que significa el alza en los costos del petróleo.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.