Cifras de Ernest & Young, refieren que la industria del Real Estate generó un flujo de efectivo por financiamiento para la adquisición de propiedades en 2016, de 37 mil 910 millones de dólares, solo en Estados Unidos, lo cual demuestra que los bienes raíces son un brazo de la economía de un país.
De acuerdo con un análisis de SquareFoot, las agencias de corretaje están adoptando nuevas tecnologías que están modificando su contacto con los clientes, ya que herramientas como la automatización e inteligencia artificial ayudan a compañías inmobiliarias a crear ofertas en función de los datos obtenidos.
Asimismo, detectó algunos cambios sobre la industria inmobiliaria:
La economía compartida continúa creciendo
Durante 2015, las compañías de coworking denominados The Yard y WeWork se hicieron más populares, es decir, espacios de oficina que son rentados por horas, días y meses, con presupuestos diferenciados en función de las necesidades de los clientes. Los cambios, en gran parte son porque los jóvenes no tienen los recursos para construir grandes inmuebles, ni para pagar rentas de meses por adelantado.
El internet de las cosas
En medida que la necesidad de inmuebles deja de ser un tema centralizado, crece la necesidad de información transparente sobre la oferta de lugares y sitios a rentar. Con el internet de las cosas, el monitoreo y la administración de la información se vuelve sencillo, porque permite ver a un administrador la ubicación y la capacidad que tendrá de supervisar la oficina.
Realidad Virtual
Con el avance de la realidad virtual y la realidad aumentada, los clientes potenciales podrán hacer visitas a oficinas antes de conocerlas, e incluso planificar un rediseño y tener una mejor comprensión de los conceptos arquitectónicos.
Y es que para los clientes, tener opciones de tours de RA puede ayudar al cliente a “imaginar” su oficina perfecta, es decir, con rediseños y como producto final. Las casas de comercio y las empresas ahora deben preocuparse por la convergencia de la RA y VR, ya que un espacio edificado ya no es lo suficientemente interesante para los consumidores.