Vivimos en un mundo donde la automatización transforma rápidamente el comercio en todos los canales y justamente, la “tiendita de la esquina” o de manera formal, el canal tradicional, se encuentra actualmente en una encrucijada. Históricamente, este formato ha sido un pilar de la vida en todas las colonias del país, generando confianza en el consumidor, pero ahora se enfrenta a la disrupción digital provocada por el gran y rápido avance de la tecnología. A medida que el comercio electrónico, la inteligencia artificial y la logística automatizada transforman el panorama minorista global, surge la pregunta: ¿sobrevivirá la “tiendita de la esquina”, evolucionará o desaparecerá?

El auge de la automatización

Hace una semana, mencionaba en mi columna que, de acuerdo a Statista, las ventas globales de comercio electrónico alcanzaron los 6.3 trillones de dólares en 2024 y se proyecta que para 2026 asciendan a 7.5 trillones. Gran parte de este crecimiento se debe a la automatización, desde recomendaciones basadas en inteligencia artificial hasta sistemas de inventario inteligentes y almacenes operados por robots. Estas tecnologías permiten a los grandes minoristas y mercados operar con rapidez, precisión y atención al cliente a gran escala.  

De manera paralela, la automatización está empezando a redefinir incluso la experiencia que tiene el shopper en la tienda física. Desde la tecnología sin checkout de Amazon Go, hasta los planogramas impulsados por inteligencia artificial en los supermercados, la comodidad y eficiencia se están convirtiendo en la nueva “mínima expectativa” por parte del consumidor. 

La tiendita de la esquina, a menudo una operación unipersonal que depende de la logística, a veces muy informal, y la contabilidad manual, está quedando cada vez más excluida de esta ecuación. Mientras las grandes cadenas comerciales y de conveniencia se automatiza y expanden, el canal tradicional corre el riesgo de caer en un limbo de falta de competitividad: demasiado analógica para la integración digital y demasiado pequeña para la optimización de la cadena de valor. Grandes marcas y fabricantes han tenido el acercamiento con este canal, derivado de la importancia que tiene en cuanto a desplazamiento de algunas categorías, logrando con ello “modernizarlo”, pero el tamaño de tiendas que exiten en el territorio mexicano y la accesibilidad de algunas de ellas ha impedido que esta “modernización” suceda a gran escala. 

La importancia de la “tiendita de la esquina”

A pesar de la presión que la tecnología y automatización generan, la “tiendita de la esquina” está lejos de ser irrelevante en un país como México. Según Nielsen, el comercio tradicional aún representa más del 40% de las ventas de bienes de consumo de alta rotación en México. Este tipo de tiendas resuelven aspectos sumamente importantes para el shopper que las visita: inmediatez, familiaridad y líneas de crédito basadas en las relaciones personales: un valor emocional y social que la tecnología por sí sola difícilmente puede replicar. 

Por otro lado, en comunidades donde la penetración digital es mínima o incluso desigual, la “tiendita de la esquina” desempeña un papel vital en el consumo diario. Pero incluso esta fortaleza podría erosionarse si este canal no se adapta a las expectativas digitales de las nuevas generaciones que priorizan la movilidad, el uso de la tecnología y la conectividad digital. 

El verdadero enemigo: la falta de evolución

Desde mi punto de vista, la automatización no es necesariamente una amenaza para la “tiendita de la esquina”, más bien, la verdadera amenaza radica en la falta de evolución de este canal. En cualquier industria, quienes se resistan a adaptarse corren el riesgo de quedarse atrás y desaparecer, pero quienes adopten selectivamente las herramientas digitales podrían, además de sobrevivir, prosperar y crecer. 

Me parece que la “tiendita de la esquina” del futuro seguirá ofreciendo caras conocidas y crédito local, pero también contará con códigos QR en el mostrador, precios dinámicos impulsados por inteligencia artificial y sistemas de entrega basados en WhatsApp, que incluso ya se están implementando aunque no con la velocidad que el mercado demanda. 

En esta transición, el papel de los profesionales del marketing, los fabricantes y los proveedores de tecnología será crucial. Si ven la “tiendita de la esquina”, no como una reliquia, sino como un microecosistema resiliente, podrán surgir nuevas estrategias comerciales que combinen la calidez del comercio tradicional con la inteligencia del comercio minorista moderno.