No podemos soslayar las reflexiones del expresidente del Gobierno Español, quien gestionó durante su mandato (2004-2011) la crisis derivada por la gripe A. “Debemos asumir que incluso en la ciencia hay un margen de imprevisibilidad”. Estas consideraciones se dan en el contexto del polémico regreso a la actividad en varios países, después de los periodos de aislamiento derivados de la pandemia que aqueja al mundo, basados en cifras y proyecciones en muchos casos carentes de sustento.
La desinformación y la polémica envuelven ahora las cifras oficiales de defunciones y afectaciones por el COVID-19 en México, ofensivas a la lógica, ya que nuestro país tiene una frontera con los Estados Unidos cuya longitud rebasa los 3 mil kilómetros, 20 puntos de travesía, que pasa por cuatro estados estadounidenses, uno de los 5 países con más decesos en el mundo, con uno de los puntos fronterizos más transitados el mundo (Tijuana-San Diego), comparando cifras oficiales, las muertes por esa causa en México (cerca de 3 mil) a apenas son el 3 por ciento de las más de 75 mil reportadas en el vecino del norte.
En este panorama pretenden relajarse las medidas de sana distancia, obedeciendo a la urgencia de reactivar la economía en ambos países, pero con la presión de los vecinos del norte para que la inactividad de la industria en México no dañe las cadenas productivas. La polémica está en el balance entre evitar los contagios y reactivar la economía, que promete ser un problema superior al sanitario. Al respecto, Rodríguez Zapatero dijo: “Tenemos que tener una gran seguridad de cada paso que damos por el potencial maligno de este virus. Fijémonos en China y olvidemos los prejuicios”. Hizo hincapié en la necesidad de una reserva estratégica de material sanitario. “La situación está lejos del control. La pandemia no ha terminado. Nos queda saber mucho de la ciencia y entender por qué en unos países ha tenido una explosión mayor que en otros. Me parece fundamental que la cooperación se imponga”
Sin embargo, señaló la urgencia de emitir normas para defender los derechos de la salud y de la vida para evitar contagios, y mencionó que ello no supone ningún ataque a los derechos de libertad. “En la medida en que cada uno de nosotros seamos más responsables, volveremos a ver antes las playas y los aviones llenos”. Y ha añadido que “lo público es insustituible. Defendámoslo. Cada vez será más necesario”.
No hace sentido que en México, en paralelo con el mensaje oficial de que estamos en la parte superior de la curva de contagio, se anuncie la reapertura de actividades en algunos sectores. La desinformación reina en la opinión pública y contrasta el optimismo oficial con una realidad que parece poner en riesgo muchas vidas ante el peligro del rebrote.
En este contexto, el exmandatario hizo “un reconocimiento muy claro a Angela Merkel, de cómo ha comunicado y cómo ha gestionado la crisis”.
No soslayemos las reflexiones de Rodríguez Zapatero: “Esta no es una crisis de color político, es fruto de un shock externo”. Ante una crisis gravísima, la política es la respuesta de la máxima certidumbre posible y debe ir al mismo tiempo que la ciencia. “Esta pandemia es quizás la crisis más grave a la que se puede enfrentar la política en una situación de no confrontación bélica y defendiendo que es muy importante el compromiso, la actitud y responsabilidad del Gobierno”.