En el futbol mexicano así como en los partidos de la selección mexicana de futbol, la afición reacciona con un grito considerado como homofóbico cuando el arquero rival realiza un despeje de meta; el insulto “Eh, pu…” se volvió famoso en los seguidores de los equipos, al tiempo que se posicionó a tal grado que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) ha sancionado en repetidas ocasiones a la Federación Mexicana de Futbol (FEMEXFUT) en un intento por erradicarlo.

Asimismo, se han realizado diversas iniciativas para cambiar el insulto por ánimos a los equipos, sin embargo, no han dado los resultados esperados. Uno de ellos surgió en Monterrey, en el que se incentivó a la afición en apoyar a los Tigres en vez de gritar la grosería, a cambio, el equipo rehabilitaría una escuela por cada partido en el que no se escuchara el improperio.

A pesar de tener éxito en su primer convocatoria, se intentó hacer los mismo con el América, el resultado no fue positivo. A su vez, la selección mexicana vio comprometida su participación en la Copa Confederaciones del verano recién terminado en el que la FIFA indicó que de continuar con la tendencia, el representativo nacional podría quedar eliminado.

Por enésima ocasión, el órgano rector del futbol internacional multó de nueva cuenta a la Federación con 10 mil francos suizos (188 mil 600 pesos) por reincidir con el grito en el partido que se jugó ante Panamá del pasado primero de septiembre en el estadio Azteca, perteneciente a la eliminatoria para el Mundial de Rusia 2018.

De esta forma, el rector del futbol mexicano ha pagado en sanciones más de 2.5 millones de pesos. Además de que la Femexfut recibió dos advertencias por retraso de los inicios o reanudaciones de los encuentros contra el conjunto “canalero” y Costa Rica.

Sin embargo, el grito presuntamente homofóbico no es considerado como tal por parte del aficionado mexicano, de acuerdo con una consulta realizada por Récord se indicó que un 53.2 por ciento de los seguidores, refirieron que es la FIFA quien debe cambiar su postura ya que no se trata de un insulto discriminatorio.