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México es la segunda mayor economía de América Latina y el Caribe, detrás de Brasil.
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En 2022, el sector de la industria manufacturera fue el que más contribuyó al Producto Interno Bruto (PIB) de México, con cerca del 19 por ciento.
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México es el segundo principal mercado con población de habla hispana después de España.
A meses de que se celebren las elecciones en México inician las especulaciones en cuanto a la economía del país, de la mano de una enorme preocupación por decisiones de carácter político, siendo la apuesta principal las inversiones en nearshoring.
Por supuesto que la incertidumbre económica se intensifica a medida que los actores económicos consideran cómo estas decisiones pueden afectar la estabilidad y el crecimiento económico.
Los mercados financieros son sensibles a la incertidumbre política, es por eso que las expectativas del mercado y la inversión extranjera pueden fluctuar en función de las percepciones sobre las políticas futuras.
Y claro que el tipo de cambio puede mostrar mayor volatilidad, y es que en promedio durante las últimas cuatro elecciones presidenciales el peso mexicano se ha depreciado 12.59 por ciento durante el primer semestre del año electoral impulsado por la incertidumbre generada por el proceso de transición política.
Por ejemplo, en el 2000 la moneda mexicana registró una depreciación de 9.92 por ciento, mientras que en el 2006 el impacto fue de 10.04 por ciento, para el 2012 alcanzó el 14.46 por ciento y finalmente en el 2018 la pérdida registró 15.93 por ciento, de acuerdo a datos de Banco Base.
¿Qué significa esto? que en 3 de las 4 elecciones pasadas el tipo de cambio máximo se ha alcanzado en el mes de junio, dato en el que se han basado las empresas para tomar acciones respecto a sus operaciones cambiarias para el primer semestre del 2024.
Es importante mencionar que en las últimas semanas la moneda mexicana ha estado perdiendo terreno frente al dólar.
Por otro lado, Brasil, México y Argentina se han mantenido como las tres principales economías de América Latina en las últimas cuatro décadas. Desde 1980, el tablero económico de la región tiene a estos tres países como los mercados más grandes en función de su Producto Interno Bruto (PIB). Según las previsiones de octubre de 2023 del Fondo Monetario Internacional (FMI), en 2024 Brasil producirá productos y servicios por un total de 4,3 billones de dólares internacionales (ajustados por paridad del poder adquisitivo). Mientras que la economía mexicana alcanzará un PIB de 3,4 billones de dólares, por su parte Argentina sumará 1,3 billones.
Por supuesto que en México, la industria manufacturera es el sector que contribuye con el mayor porcentaje del PIB del país, al representar más del 18 por ciento del total de bienes y servicios producidos en este país. Le sigue el sector comercial, compuesto por los segmentos minorista y mayorista, que conjuntamente acumulan un 20 por ciento del PIB. Con una participación de más del 9 por ciento, el sector inmobiliario también se ubica entre las principales categorías de la economía mexicana. Por localización geográfica, la Ciudad de México es la entidad federativa que produce la mayor parte del PIB, con casi un 18 por ciento del total, seguida por el Estado de México, con cerca del 9 por ciento, y Nuevo León, con un 8 por ciento.
Cabe señalar que el Producto Interno Bruto (PIB) de México sufrió la peor caída en su historia durante el segundo trimestre de 2020 debido a la emergencia sanitaria causada por la pandemia de COVID-19. De abril a junio de 2020, el total de bienes y servicios producidos en México se contrajo casi un 19 por ciento respecto al valor registrado en el mismo trimestre del año anterior. La economía del país se fue recuperando poco a poco y de manera constante, hasta alcanzar en el primer trimestre de 2023 valores superiores a los de antes de la pandemia, con un crecimiento de casi el 4 por ciento respecto al primer trimestre del año anterior.
El impacto de las elecciones en la economía mexicana es multifacético. La incertidumbre puede generar desafíos, pero la resiliencia, la planificación estratégica y la participación activa de los actores económicos son fundamentales para navegar por estas aguas electorales con éxito y construir un futuro económico sólido.
Finalmente, México ya inició el camino hacia una nueva elección presidencial, recordando que hace seis años las urnas le otorgaban el triunfo a Andrés Manuel López Obrador, quien por primera vez llevó a la izquierda al mayor cargo de poder en el país, en un ambiente de hartazgo por la corrupción, así que para los comicios del 2024 Morena, de la mano de Claudia Sheinbaum, buscará darle continuidad al “cambio” de México. Por su parte, Xóchitl Gálvez con el Frente Amplio han centrado su discurso en descalificar al gobierno saliente, mientras que Samuel García de Movimiento Ciudadano se está presentando como la alternativa entre estos dos bloques.
En total, se votarán más de 19 mil cargos de elección popular federales y estatales, para lo que más de 97,4 millones de mexicanos están convocados.
Cabe señalar que en su Quinto Informe de Gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó el incremento al salario mínimo al pasar de 88 al día a 207 pesos, el crecimiento del índice de la Bolsa Mexicana de Valores (27 por ciento), así como el de las reservas del Banco de México al sumar 203 mil millones de dólares. Mientras que el Gobierno Federal espera que el crecimiento de la economía tanto en 2023 como en 2024 esté en un rango de entre 2.5 y 3.5 por ciento. Respecto las previsiones sobra la inflación esperan que al cierre de año la tasa anual se modere a 4.60 por ciento anual. Cabe señalar que la meta del Banco de México (Banxico) es llegar al 3 por ciento de inflación, cifra que prevé alcanzar hasta el segundo trimestre del 2025.
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