Por Luis Miguel Martínez
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Ha concluido una primera etapa del juicio de Apple vs. Samsung, resultando en que el gigante coreano deberá pagar al menos 1,000 millones de dólares a la empresa número uno en Wall Street y el eje de la economía en Cupertino. Pero esta cantidad puede ser sólo el principio de algo más profundo, incluso un llamado a la “guerra termonuclear” por parte de Steve Jobs.
La siguiente etapa seguramente será una apelación y una confirmación del veredicto. Pese a que Apple solicitó 2 750 millones de dólares, y se otorgó una cantidad menor, la ley en los EE.UU. permite que se aplique una sanción hasta 3 veces este valor. Sin embargo, de acuerdo con los analistas, la mayor demanda por violación de propiedad intelectual no llegaría a ese valor.
¿Qué consecuencia tendrá esta resolución legal? En palabras de Samsung, “el veredicto, no debería ser visto como la victoria de Apple, y si una pérdida para el consumidor”, “tendrá menos opciones, menos innovación y potencialmente mayores precios”. Por otra parte, Tim Cook, en un memorando a sus empleados les aclara que los valores han ganado y que ojalá “el mundo escuche”, una vez que el mensaje es fuerte y claro: “robar no es lo correcto”.
Sin embargo, la batalla había empezado mucho antes, tal como Walter Isaacson reportó en su biografía sobre Steve Jobs, donde relata que el fallecido personaje nunca había estado tan enojado como el día en que Apple hizo la primera demanda por violación de la propiedad intelectual. En sus palabras acusó duramente a Google de haber destrozado el iPhone para robar sus secretos. Y entonces, llamó a la guerra termonuclear para destruir a Android.
Asi, el siguiente paso en la saga de Apple vs cualquier-otro sería sacar del mercado un número significativo de competidores, al menos el Galaxy Nexus y cambiar de nuevo el balance de fuerza en el cada vez más competido mercado de los smartphones.
En el cierre del juicio, se habló del valor de la competencia en Sillicon Valley y la grandeza de Apple por parte de Samsung. Lo cual seguramente, cambiará las reglas de juego entre diseñadores e ingenieros. Mientras tanto, los abogados de Apple nos dejan el mensaje final “hagan sus propios diseños, hagan sus propios teléfonos”.
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