España.- Tras el pasado referéndum en Cataluña, la situación política de España está en crisis pero no es el único sector en el que las cosas se están resintiendo sino que el turismo también está sufriendo las consecuencias de esta independencia por la que se está luchando en Cataluña. En concreto las reservas de turismo nacional han caído drásticamente en los próximos mese, sobre todo en dos tipos de viajeros en concreto: el de los viajeros jóvenes (grupos de estudiantes) y el del Imserso, turismo de la tercera edad.
En concreto, los viajes del Imserso a Cataluña han caído, como mínimo, un 50% y es que tal y como ha confirmado César Gutiérrez, presidente de la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave), “si ahora buscas fechas disponibles en el ordenador, te aparece lleno en toda España menos en Cataluña, que hay plazas en todas partes”.
Sin duda alguna, el turismo en Cataluña se está viendo totalmente resentido por la situación y está perdiendo a uno de sus grandes clientes, los turistas del Imserso y es que la temporada ha comenzado muy mal y “para el año 2018 la previsión es muy negativa”, tal y como apunta Gutiérrez.
Lo normal, por lo tanto, en estos momentos, es que los viajes en grupo a Cataluña se estén cambiando por otros destinos ya que los turistas prefieren acudir a sitios menos conflictivos.
Esto está sucediendo porque el sector turístico es miedoso y odia la inseguridad ya que una persona quiere, en sus vacaciones, disfrutar y que todos los servicios funcionen, por lo que se podría decir que no se trata de rechazo hacia Cataluña sino más bien de prudencia, ya que el turista no se quiere arriesgar a que, durante sus vacaciones, algo salga mal.
Además del turismo nacional, el turismo internacional también va a cambiar su predisposición a viajar a España, debido a todo lo que está viendo en televisión. Según Gutiérrez, “el 1 de octubre lograron mucho bombo y consiguieron que muchos países se enterasen de lo que ocurrió. Pero esa estrategia de cuanto peor, mejor, puede generar temor en turistas de todo el mundo. Barcelona ha conseguido, tras muchos años, consolidarse como una marca moderna y amigable y, ahora, recuperar ese estatus, si la situación no se resuelve pronto, costará mucho trabajo.
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