La primera visita de la Reina Isabel II a Canadá fue en el año de 1951 aún en su calidad de princesa, y lo hizo sustituyendo a su padre, el Rey Jorge Alberto que para entonces ya se encontraba muy enfermo.
La última estancia real a este país de la soberana , sumó al final 22 , fue en el año 2010, dejando claro para el mundo su interés en la alianza con uno de los países más fuertes y representativos de la Commonwealth que el Reino Unido lidera. La coalición, que significa, *riqueza común*, es una de las más duraderas en el orbe pues opera desde 1926.
Han pasado 15 años y ahora el nuevo monarca Carlos III, visitó Canadá en medio de las fuertes tensiones generadas por Donald Trump hacia sus aliados del T-MEC que se ha pronunciado por convertir a este gigante del norte, en el estado 51 de la Unión Americana, además de afectar su economía aplicándole aranceles a productos del sector automotriz, el acero y aluminio, entre otros.
La visita envía un fuerte mensaje a los EE.UU, pues se produce durante la celebración del discurso del trono, ceremonia tradicional que se considera un poderoso ritual que suele ser el banderazo de arranque al periodo de sesiones del parlamento en Ottawa.
Los estrategas que dirigen la comunicación política de la casa real decidieron de manera conjunta con los asesores canadienses, que el discurso ofrecido por el Rey enarbolara los conceptos claves que Trump soslaya como la democracia, el pluralismo, el estado de derecho, la autodeterminación y la libertad, preceptos que colocados en una catapulta , marcan distancia de las presiones norteamericanas y connotan la protección hacia uno de los aliados más cercanos de la Corona Inglesa.
Debemos reconocer que el primer ministro canadiense, Mark Carney, en un movimiento político magistral, invitó al Rey a leer este discurso y además lo sienta en el trono más importante del país, para subrayar lo importante que es el concepto de la soberanía, tema que contó con altas repeticiones durante la intervención del monarca inglés.
Analicemos algunas de las frases utilizadas. ¨Canadá está listo para construir una coalición de países afines que comparten sus valores, creen en la cooperación internacional y en el intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas¨.
En cuanto a la economía, el monarca dijo que el objetivo principal y la misión más clara del gobierno es construir la economía más fuerte del G7.
Este discurso del trono siempre ha sido pronunciado por el gobernador general, ahora a cargo de Mary Simon, quien representa a la monarquía en Canadá y que difunde la agenda del gobierno al inicio de una nueva sesión parlamentaria.
La última vez que un monarca inglés leyó un discurso en esta ceremonia, fue en 1977 cuando la misma Isabel II, visitara Canadá, eran otros tiempos y las presiones eran otras.
En esta ocasión, su hijo Carlos III, lleva a cabo este ritual en medio de momentos más críticos para su aliado de la mancomunidad inglesa y para el mundo entero.
Es tiempo de parlamentar para avanzar.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.