Joe Biden tiene en su agenda las problemáticas que tendrá que resolver en los primeros tres meses del 2022, so pena de perder las elecciones intermedias que se llevarán a cabo en noviembre en la Unión Americana.
Definitivamente saber a lo que se enfrenta y dar prioridades, es ya el inicio de una solución, pero debe contestar dos preguntas: ¿tendrá claro que necesita un mejor cabildero para resolver el estancamiento legislativo de sus programas estrella en el Capitolio? Y, ¿deberá cambiar a sus estrategas de comunicación y política electoral ante su baja popularidad que ya ronda en el 43%?
Las problemáticas a resolver por parte del inquilino del salón oval son tres:
• El agravamiento de la pandemia con su nueva variante Ómicron, que crece casi verticalmente, que en un solo día reportó un millón de contagios y la muerte de 1688 personas.
• El atasco legislativo de sus programas estrella en el Capitolio como lo es la cobertura sanitaria de la clase media y el plan de rescate consistente en 1.9 billones de dólares.
• La creciente inflación que llegó a un 6.8%, la cifra más alta reportada en el país en los últimos 39 años, provocado por los retrasos en las cadenas de suministro y la crisis energética, son algunas de las causas que hicieron subir el índice de bienes y servicios en plena temporada decembrina.
Biden, en su mensaje de fin de año, más que enviar buenos deseos se centró en la estrategia de reforzar la distribución de 500 millones de pruebas gratuitas para desactivar la nueva variante que es, por mucho, más contagiosa que las dos anteriores.
En toda crisis existen razones endógenas y exógenas, y en las primeras, el gobierno de Biden está aún paliando los temas de la salida de Afganistán, la división en su partido político, el rearme del Trumpismo que crece día con día y la mencionada alza en la inflación.
Súmele usted, estimado lector, la asonada de algunos medios que como el prestigiado New York Times, afirma que el país renquea y se retuerce. Éramos antes más ágiles y excitantes como país.
En la parte externa, los americanos tienen en su radar el desafío Ruso en Ucrania y la sombra de China en el tablero geopolítico que continúa su estrategia expansionista en lo comercial y territorial.
Daniel Immerwahr, historiador de la Northwestern University, comenta que la imagen expansionista de los Estados Unidos se está viendo colapsda o nebulosa, dado que desde la Segunda Guerra Mundial en donde el país se percibía optimista y como una nación fuerte, no se reflejaban sentimientos contrarios, como ahora que el 54% de los encuestados por el Chicago Council on Global Affairs, afirman que la nación ya no es tan poderosa.
Para poder reorientar sus estrategias Joe Biden, debe hacer de inmediato un análisis de su comunicación política para poder diseñar y estructurar nuevos mensajes que le permitan apoderarse de la narrativa americana en independencia de cabildear mejor sus iniciativas en el congreso, mismas que le darían un respiro ante el proceso electoral que viene. Mejorar la percepción ciudadana de su gobierno es también una gran prioridad.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López