De los primeros fundadores de empresas digitales. Y también el primer personaje en vender y comercializar, no tanto la seguridad de los datos. La paranoia ¿Les suena eso de la paranoia y el miedo? ¿Qué tal eso de comercializar la paranoia y el miedo? Al día de hoy, hay muchas personas que están comercializando la paranoia: Farmacéuticas, investigadores biotecnológicos, charlatanes, vendedores de productos médicos milagro, el comercio electrónico, bancos y por supuesto los productos de nueva higiene. Pues eso que ahora vemos tan masivo y tan rentable hoy, ya lo había inventado John McAfee en los ochenta y noventa. Justo en el siglo pasado. Como un buen visionario posmoderno.
Este personaje es un héroe o un villano, depende del punto de vista donde lo quieran ver. Es un matemático que masificó el miedo a un virus y logró que los grandes corporativos invirtieran millones de dólares y euros en comprar un software para proteger a sus equipos de “posibles ataques” de virus. Por supuesto, virus que de vez en cuando eran alimentados con mucho contenido y miedo en los medios masivos de vez en cuando ¿Les suena conocida esta estrategia? Me suena, me suena…
Hace menos de una semana, John McAfee se suicidó en una cárcel federal de Cataluña. Lo hizo cuando se enteró que sería extraditado a los EE.UU. Tenía un caso y acusaciones en su contra por evasiones fiscales y lavado de dinero que en cuanto pisara el suelo norteamericano, lo llevarían por más de 40 años a la cárcel. Siempre tuvo una vida rodeada de misterios. Huyó de Belice, su propio paraíso porque lo acusaron de asesinar a un vecino y socio suyo. Prácticamente había comprado a ese pequeño país del la comunidad británica. Después vendió su nombre marca a inversionistas para que siguieran comercializando su producto de seguridad en computadoras y redes por la nada despreciable cantidad de 700 millones de dólares. Se dedicó a hacerse multimillonario impartiendo seminarios de motivación en innovación y emprendimiento en todo el mundo. Su vida está rodeada de misterio y complot. Justo antes de morirse tuiteo: “Si me suicido, no lo hice…” y antes posteó otro texto muy misterioso: “Si me cuelgo a la Epstein, no será culpa mía…” Hoy John, ese visionario, loco y genio ya no está mas aquí. Tenemos que rendirle culto, homenaje y siempre recordarlo. Porque es sin duda historia fresca y moderna. Es historia digital.
