El reto de la ciencia en México
El pasado martes 5 de agosto de 2025, tuvimos la oportunidad de asistir a un evento de gran trascendencia referido al talento científico, la visión empresarial y el músculo de la industria farmacéutica, lo que más llamó nuestra atención es la convocatoria realizada a universidades, startups, farmacéuticas, gobiernos, así como a consultoras internacionales, en derredor a soluciones innovadoras que impacten directamente la calidad de vida de millones de personas.
México tiene el talento, pero durante décadas la innovación en salud se ha quedado atrapada en los laboratorios. Hoy, un programa está cambiando esa historia. La falta de recursos, de visión empresarial y de puentes hacia la industria ha sido un obstáculo histórico. Sin embargo, iniciativas como la Fundación Innovación y Ciencia para el Desarrollo Empresarial, conocida por sus siglas INCIDE, Pharma & Health Tech Booster by New Genesis 2025 demuestran que sí hay caminos para transformar la investigación en soluciones concretas de salud y desarrollo.
Un programa que conecta y acelera
La segunda edición del Booster 2025, impulsada por la Fundación INCIDE y liderada por Diego Ocampo Gutiérrez de Velasco, no es una convocatoria más. Se trata de un mecanismo estratégico que une a universidades, startups y centros de investigación con ocho farmacéuticas mexicanas líderes.
Su visión es clara: que el conocimiento no se quede archivado, sino que llegue al mercado y mejore la vida de las personas.
Qué ofrece el Booster
El programa pone a disposición de los emprendedores científicos lo que más necesitan:
- Mentoría especializada
- Asesoría regulatoria y legal
- Acompañamiento financiero
- Acceso directo a inversión
En solo ocho semanas intensivas, con más de 150 horas de trabajo especializado, los proyectos pasan de prototipos a modelos de negocio sólidos capaces de atraer capital y transferir tecnología.
Resultados que ya son tangibles
La primera edición lo confirma: de más de 70 propuestas internacionales, se seleccionaron 14 proyectos. Hoy, al menos cinco ya están levantando capital, con acuerdos que van desde un millón de dólares hasta alianzas de 40 millones en Estados Unidos.
Esto demuestra que cuando ciencia, industria y capital se unen, la innovación florece.
Compromiso real de la industria
El Booster cuenta con el respaldo de farmacéuticas mexicanas como Carnot, Chinoin, Silanes, Neolpharma, Sanfer, Senosiain, IFA Celtics y UDIBI. Su participación envía un mensaje contundente: México tiene con qué competir en biotecnología y salud, y la industria está dispuesta a apostar por ello.
Un ecosistema de innovación en salud
Más que un programa de aceleración, el Booster 2025 funciona como un ecosistema articulado que acompaña a los emprendedores científicos en cualquier etapa: desde quienes apenas obtienen resultados preliminares en un laboratorio, hasta aquellos que ya cuentan con prototipos avanzados o tecnologías listas para el mercado. Esta flexibilidad permite que tanto la ciencia emergente como las soluciones más maduras encuentren un espacio para crecer.
Lo que hace único a este modelo es la suma de voluntades. Las universidades generan conocimiento; las startups lo transforman en innovación ágil; las farmacéuticas ponen músculo empresarial y redes de distribución; los gobiernos apoyan con políticas y recursos; y las consultoras internacionales aportan perspectiva y estándares de clase mundial.
Al integrar estas piezas, se construye un ecosistema colaborativo sin precedentes en México, donde lo que está en juego no es solo el éxito de un proyecto, sino, como mencionamos al inicio de esta colaboración, se refiere a impulsar la capacidad de mejorar la salud de los pacientes y generar acceso a soluciones innovadoras que impacten directamente la calidad de vida de millones de personas.
La convocatoria 2025
La convocatoria está abierta hasta el 19 de septiembre de 2025. El programa iniciará el 13 de octubre y culminará en un Demo Day, donde los proyectos se presentarán frente a inversionistas y líderes del sector. Una oportunidad que puede cambiar el destino de una startup… y también de millones de pacientes que esperan soluciones innovadoras.
Reflexión
La enseñanza es clara: no basta con generar conocimiento científico. Para que la innovación tenga sentido, debe traducirse en bienestar social, desarrollo económico y mejoras tangibles en la calidad de vida de las personas. De nada sirve acumular investigaciones si no encuentran un camino para convertirse en tratamientos, dispositivos o soluciones accesibles para quienes más lo necesitan.
La Fundación INCIDE lo entiende y lo asume con hechos, creando un puente entre el talento científico, la visión empresarial y el músculo de la industria farmacéutica. Ese esfuerzo no solo impulsa proyectos, también cambia la cultura de la innovación en México, demostrando que es posible competir con estándares globales y, al mismo tiempo, responder a las necesidades locales de salud.
Porque al final, la verdadera innovación no se mide por el número de patentes ni por el monto de inversión levantado, sino por su capacidad de trascender el laboratorio, llegar a la sociedad y mejorar vidas. Y el Booster 2025 es una prueba concreta de que en México, cuando ciencia, industria y capital se articulan, la innovación deja de ser promesa para convertirse en realidad transformadora.