Entre enero de 2014, cuando la entonces presidenta de Argentina Cristina Fernández de Kirchner puso en vigencia el primero de una serie de planes para combatir la inflación por medio de productos con valores de venta acordados con la industria, el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó 1.338%.

El programa, llamado inicialmente “Precios Cuidados” (y luego renombrado y relanzado en varias ocasiones), fue pasando de gobierno en gobierno, incluido el del conservador Mauricio Macri, sin mayores resultados.

Las pruebas están a la vista, la inflación en la Argentina fue del 38% en 2014 (el año del lanzamiento), 25% en 2015, 40% en 2016, 25% en 2017, 48% en 2018, 52% en 2019, 36% en 2020, 52% en 2021 y, en lo que va de 2020 (cuatro meses), ya alcanzó el 20%.

La estrategia, evidentemente y más allá de los problemas recurrentes de la Argentina con la inflación, es ineficiente a la hora de evitar las subas generalizadas de precios.

El programa Precios Cuidados entró en vigencia el 1 de enero de 2014 incluyendo una canasta básica de productos comercializados en todo el territorio argentino.

Plan de México contra la inflación

El plan lanzado en estos días por el Gobierno de México tiene varios puntos en común con el argentino. Se enfoca en productos de la canasta básica que compran principalmente los sectores populares, ya que se entiende que la inflación de los alimentos funciona como un impuesto que impacta mucho más en las economías de los que menos tienen, que son los que gastan relativamente más en comida.

El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador sabe de las limitaciones: “No es decir, ‘ya con esto resolvemos el problema’. No, es hacer algo, no quedarnos con los brazos cruzados. Esto va a ayudar, hay que tomar otras medidas”, dijo cuando presentó la estrategia.

El plan mexicano se enfoca en 24 productos básicos y durará por lo menos seis meses.

En Argentina, también fue lanzado por un periodo corto de tiempo, pero ya lleva casi una década.

Empezó conteniendo unos pocos productos, como el plan de México, y poco a poco se fueron agregando artículos. Llegó a tener más de 500.

Tiene varios problemas. El más notorio: genera escasez. 

Es que estos productos no son un negocio para las empresas, ya que el gobierno les impone un precio de venta (aunque se dice que lo acuerdan), en la mayoría de los casos, está por debajo de la línea de ganancias esperadas.

Esto hace que las compañías produzcan menos, porque no son rentables.

En paralelo, como están baratos en relación con los precios de los productos fuera del acuerdo, los productos son muy demandados, lo que genera que rápidamente los puntos de venta se queden sin stock.

Casi una década sin resultados positivos en la Argentina con los precios

Como explicamos, el programa de precios de referencia siguió en la presidencia del derechista Macri (2015-2019), aunque cayó su importancia relativa, ya que pasó a representar del 15 por ciento de la facturación de las categorías afectadas, al 6,9 por ciento.

También se produjo una modificación en la composición de la canasta de productos ofrecidos, que empezó a tener segundas marcas o “marcas B”.

En el primer cuatrimestre de 2019, se comunicó un nuevo acuerdo de precios con 15 empresas para que 60 artículos de la canasta básica mantuvieran sus precios durante seis  meses. La inflación de ese año fue del 52%. No funcionó.

En enero de 2020, ya con el gobierno del peronista Alberto Fernández, se relanzó el plan Precios Cuidados con nuevos productos y primeras marcas.

En septiembre del mismo año, se extendió el programa al sector de la construcción, incluyendo casi 100 productos de 15 rubros distintos. La inflación de 2020 fue del 35% y la del 2021, más de 52%. Tampoco tuvo éxito.

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