Por Alan Campos
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Los grandes jugadores son los que hacen a una liga grande, no sólo a nivel futbolístico, sino a nivel marketing. Sólo hace falta ver a cualquiera de las grandes ligas europeas (Premier League, Serie A, Liga BBVA, Bundesliga, etc) para darnos cuenta de ello; incluso la MLS se ha dado cuenta de ello y poco a poco ha logrado crecer su popularidad con el fichaje de grandes jugadores, algo que parece se ha dejado en el olvido dentro del balompié nacional.

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Hace algunos ayeres jugadores como Emilio Butragueño, Luis García Sanz, Iván Zamorano e incluso Eusebio engalanaban los campos de juego del futbol mexicano con los últimos destellos de su clase; sin embargo en los años recientes son los estadounidenses quienes han logrado fichar jugadores como David Beckham o Thierry Henry para desplegar sus habilidades.

Lo anterior no hace sino demostrarnos lo mal que está el futbol mexicano, pues mientras que en la MLS los fichajes estrella para la próxima temporada son David Villa y Frank Lampard (el primero confirmado y el segundo prácticamente un hecho), ambos convocados por sus respectivas selecciones para Brasil 2014, en México nos tenemos que conformar con Marcos Caicedo, Paolo Goltz o Juan Rodrigo Rojas.

Entonces el acierto de la MLS es doble ya que Lampard y Villa no sólo aportarán una gran calidad a sus respectivos equipos, sino que se encargarán de vender una bestialidad de playeras para su equipo, situación que no creo que Caicedo, Goltz o Rojas puedan replicar en la Liga Bancomer MX, por lo menos no antes de que hagan algo importante con sus respectivos clubes.

Pero no me malentiendan, también existen fichajes mercadológicos/deportivos dentro del futbol mexicano; ejemplos de este tipo son Oribe Peralta, quien no sólo ayudará al América a retomar su nivel, sino que venderá una gran cantidad de playeras; o Cuauhtémoc Blanco, quien seguramente desplazará un buen número de playeras del Puebla con el dorsal número 10.

El problema tanto de Peralta como del Cuau es que si bien ambos son populares en México, no cuentan de ninguna manera con la proyección internacional con la que sí cuentan David Villa o Frank Lampard.

Incluso en los últimos tiempos destacan los casos de Mauro Germán Camoranesi o Alessandro Del Piero, jugadores pedidos por las aficiones de Cruz Azul y América en México y a los cuales se les cerró la puerta del futbol mexicano; sin lugar a dudas muchos hubiéramos agradecido la presencia de estos talentos en el futbol nacional aún enfundados en los colores rivales. Quizás muchos usen el argumento de “cartuchos quemados”; sin embargo tanto Del Piero como Camoranesi con más jóvenes que Blanco, y el último extranjero que llegó con esa etiqueta fue Luis García Sanz, quien la rompió tanto en Puebla como con Pumas.

Más allá de los beneficios de marketing que pueda conllevar para una liga el contar con jugadores como Beckham, Henry, Villa, Keane o Lampard; estos jugadores están ayudando a crecer el nivel futbolístico de la MLS y si en México no se empieza a apostar de una manera similar, tarde o temprano la ventaja que los clubes mexicanos aún mantienen sobre los equipos estadounidenses se desvanecerá y no sólo a nivel imagen.