Romper los límites de lo esperable fue siempre la mejor llave de la publicidad
Uno de sus primeros trabajos fue un brandsite para la tienda de ropa Trosman, una gran diseñadora argentina. El site era súper minimalista, pero tenía un secreto. Escondieron un mapa de sonidos en escala que se disparaban cuando la gente pasaba por encima de ellos con el mouse. De esa manera, la música del sitio era siempre distinta, siempre nueva, y ejecutada sin saber por cada usuario que la navegaba.
Ese proyecto les abrió la puerta a grandes marcas, antes del primer año de vida estaban trabajando para Coca-Cola, Telecom, Kimberly Clark. Poco tiempo después para Google, Disney, DirecTV y Red Bull, entre otras.
En ese tiempo la agencia acumuló mucha experiencia y marcó una diferencia en su posicionamiento como una “agencia no tradicional”. Hoy en día sabemos que esa terminología ya no aplica, pero hubo un tiempo en que las agencias se diferenciaban del “tradicionalismo”. Este término hoy lo podemos cambiar por CORAJE. Sí, se cambió el paradigma, ¿cuán corajudos son los equipos de marketing para animarse a hacer algo distinto, para ser parte de la conversación?
“Pongámonos en los zapatos del director de marketing, brand manager: el responsable de comunicar, innovar y proteger la marca. Una posición sensible, que conlleva una responsabilidad enorme. Desde ese lugar, no aceptaríamos equivocaciones. Y por eso mismo avanzaríamos pisando terreno seguro, tomando caminos ya transitados por quienes tienen menos que perder, lógicamente: la gente, el arte, incluso algunas marcas chicas. Digámoslo así: Si ellos ya lo hicieron y les fué bien, recién ahora yo podría evaluarlo como una posibilidad”, sostienen los fundadores de Hoopla respecto al tema.
Las marcas más grandes y más expuestas son las que menos quieren transitar este nuevo camino, lo cual se transforma en oportunidad. La realidad muestra que es más peligroso no tomar riesgos, que tomarlos. El fracaso está más cerca de las marcas estancadas que de las que abren caminos y se animan a probar.
Una marca que crea una nueva tecnología, una que se anima a hacer una activación imposible, una que ejecuta una idea que mejora la vida, o incluso una marca sosteniendo un statement contra viento y marea son las cosas que la gente quiere ver y son las marcas con las que la agencia trabaja.
“En este tiempo, junto con nuestros clientes construimos robots reales, hicimos el primer festival internacional de música 100% digital, hicimos que el papa en el vaticano hiciera un live streaming junto con 19 Youtubers, creamos un videojuego en 3 días para acompañar un suceso social, digitalizamos experiencias de marcas globales e inventamos decenas de personajes e historias que conectaron con las audiencias más diversas. Pero todos y cada uno de estos éxitos, fueron posibles gracias a un director de marketing en una sala de reunión diciendo “no tengo idea cómo va a salir esto, pero está bueno, ¡hagámoslo!” Cuenta Jerónimo Cerimedo, Socio de HOOPLA.
Este se convirtió en el nuevo rol de la agencia, trabajar con sus clientes en tratar de romper el status quo del marketing digital, saliendo del manual para poder sorprender y llamar la atención en una Internet cada vez más caótica y compleja.
Es una aventura que vale la pena emprender, no sólo porque es la única manera de llevar a las marcas a lugares impensados, sino también porque es, contra-intuitivamente, la manera más segura y sólida de caminar en estas épocas.
Anímense a imaginar cómo les gustaría que fuera el mundo, y cómo su marca puede ayudar a lograrlo. Anímense a sumergirse en nuevos medios digitales como el gaming, pero de manera orgánica. Anímense a tomar una postura y defenderla aunque a algunos no les caiga del todo bien. Y sobre todo, anímense a dejar ver a las personas detrás de la marca, a conectar con sus audiencias de manera humana y sincera.
Romper los límites de lo esperable fue siempre la mejor llave de la publicidad. Y es también sin duda la única manera de conectar con las audiencias del futuro.
