- Inditex descarta el regreso de Zara a Rusia debido al contexto geopolítico desfavorable tras el conflicto con Ucrania.
- La marca Maag, surgida tras la venta del negocio ruso, replica productos y proveedores similares a Zara.
- Nuevas leyes en Rusia podrían bloquear el retorno de compañías occidentales.
A más de dos años de su salida de Rusia, el gigante español de la moda Inditex dejó en claro que no contempla regresar con sus marcas (Zara, por ejemplo) al país de Vladimir Putin en el corto plazo.
Su director ejecutivo, Óscar García Maceiras, dijo en una entrevista este viernes 20 de junio con el Financial Times que “ciertamente no” están dadas las condiciones para un retorno, subrayando que cualquier eventual regreso dependerá de un “entorno geopolítico más favorable”.
La declaración contrasta con versiones previas desde Moscú, donde funcionarios aseguraban que algunas empresas occidentales comenzarían a reanudar operaciones en Rusia a partir de mediados de este año.
Sin embargo, esa expectativa no se está materializando: “No hemos recibido ninguna solicitud de compañías que se fueron y quieran regresar”, declaró esta semana el viceministro de Finanzas ruso, Ivan Chebeskov, al medio local RBC.
Antes del comienzo del conflicto con Ucrania en febrero de 2022, Rusia era el segundo mercado más importante para Inditex fuera de España, aportando el 8,5% de sus beneficios globales.
Tras suspender operaciones (te contamos todo sobre esto en Merca2.0), el grupo vendió su red local a un conglomerado libanés con el que ya trabajaba en Medio Oriente.
El acuerdo contemplaba una cláusula que permitiría a Inditex reactivar su presencia comercial mediante una franquicia si las circunstancias cambiaban. Pero esa puerta, por ahora, permanece cerrada.
Rusia: la sombra de Zara sigue presente
El comprador del negocio ruso de Inditex (el grupo Daher) relanzó las tiendas bajo una nueva marca llamada Maag. A pesar del cambio de nombre, la estrategia comercial parece calcada de Zara: productos similares, proveedores en común y una estética casi indistinguible.
Consultado sobre esto, García Maceiras relativizó la situación: “Este es un mercado con una pluralidad de proveedores. Nunca trabajamos con exclusividad. Nuestros proveedores pueden abastecer a cualquier otra empresa del sector”.
Sobre la similitud en las prendas, el CEO español apuntó que las tendencias son globales y fácilmente rastreables en los sitios web de cualquier marca de moda.
Aunque no hubo acciones legales ni acusaciones formales de copia, la permanencia del ADN Zara en las tiendas rusas (ahora bajo otro nombre) es un reflejo del delicado equilibrio que muchas multinacionales intentan mantener frente al Kremlin, al mismo tiempo que evitan dañar su reputación en Occidente.
Más trabas que incentivos
La perspectiva de retorno para empresas extranjeras no solo es incierta, sino que enfrenta un entorno cada vez más hostil.
Además de una geopolítica volátil, el gobierno ruso ha promovido leyes que podrían disuadir a compañías occidentales de volver al país.
En mayo, legisladores introdujeron una norma que permite a firmas locales romper acuerdos de recompra si el precio pactado antes de la guerra está por debajo del valor actual del activo.
Esta legislación abre la puerta a disputas legales y podría afectar a empresas que mantienen alguna expectativa de recuperar activos vendidos apresuradamente tras la disputa con Ucrania.
Lo cierto es que, por ahora, el grupo español mantiene una postura de cautela. En palabras de su CEO: “Las condiciones no son las adecuadas. El momento no es ahora”.
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