- Su jornada laboral se redujo a 18 horas semanales, con un ingreso anual de 30,000 USD en China.
- Paga 278 USD al mes por un departamento de tres habitaciones gracias a un subsidio.
- Logra ahorrar hasta 1,000 USD mensuales.
Aleese Lightyear creció creyendo que Nueva York era el lugar donde se construían los sueños profesionales. Durante años trabajó como productora de televisión en una industria que combinaba glamour y presión. Ganaba unos 100,000 dólares anuales, trabajaba por proyectos ocho meses al año y sentía que estaba cumpliendo el objetivo que se había propuesto.
Pero la realidad era menos brillante: largas jornadas de 70 a 80 horas semanales, sin seguro médico, sin ahorros y con una vida social costosa. “Sentía que vivía para trabajar. Tenía ingresos altos, pero no tenía tiempo ni tranquilidad”, le dijo Aleese a Make It en una entrevista. La ciudad que nunca duerme no le dejaba espacio para descansar.
De buscar sobrevivir a diseñar una vida
En su búsqueda de una salida, dio con una opción que cambió su rumbo: enseñar inglés en el extranjero. Obtuvo un certificado TEFL tras un curso de 13 semanas y se preparó para migrar.
Aunque inicialmente consideró Sudamérica, se decidió por China. “Quería ir al lugar más lejano posible para empezar de cero”, explicó.
Se mudó a Pekín en 2019 y luego a Chengdú, donde encontró una rutina completamente distinta. Como docente universitaria, trabaja solo 18 horas por semana, distribuidas en cuatro días. Cobra un salario anual cercano a los 30,000 USD, pero su poder adquisitivo es considerablemente más alto que en Nueva York.
Además del salario, recibe una serie de beneficios que reducen notablemente sus gastos: subsidio de vivienda, seguro médico gratuito, boleto aéreo pagado una vez al año y vacaciones pagadas en verano e invierno.
Gastar menos, ahorrar más
Lightyear vive en un departamento amueblado de tres habitaciones con balcón, lavandería y buena ubicación. Paga apenas 278 USD al mes de renta, gracias al apoyo económico de la universidad. El gasto mensual en comida se mantiene en torno a los 75 USD.
Gracias a este esquema de vida, puede ahorrar hasta 1,000 USD mensuales, una posibilidad que nunca tuvo en Estados Unidos, donde la renta, el seguro y el ritmo de vida devoraban su sueldo. También genera ingresos extra mediante su canal de YouTube y contenido en redes, lo que le permite mantener independencia creativa y financiera.
“Antes vivía de cheque en cheque. Ahora tengo tiempo, ahorro y salud. Me siento más en control de mi vida”, contó.
Entre la cultura y el cambio personal
Adaptarse a China no fue sencillo. La barrera del idioma y el choque cultural fueron fuertes, especialmente durante las primeras semanas. Además, como mujer afroamericana, tiene que enfrentar constantes miradas, fotos y comentarios. “A veces me siento una atracción turística. Pero al mismo tiempo, me siento segura. Puedo caminar sola, hacer lo que quiero, y eso no tiene precio”.
Hoy, con más de cinco años en China, asegura que su confianza personal se ha fortalecido. “La gente dice que si puedes sobrevivir en Nueva York, puedes vivir en cualquier parte. Yo digo lo contrario: si puedes adaptarte a China, puedes hacerlo todo”.
“No es un sacrificio”
Los comentarios al video en YouTube de CNBC reflejan una reacción ampliamente positiva e incluso envidiosa ante el estilo de vida que Aleese logró construir en China.
Muchos usuarios que también han vivido en Asia validan sus cifras y experiencias, destacando el bajo costo de vida, la seguridad y la calidad del transporte y los servicios. Lo que para algunos podría parecer un sacrificio salarial, para otros representa una mejora directa en calidad de vida.
También hay una crítica recurrente al sistema estadounidense, especialmente por la dificultad para ahorrar, los altos costos de vivienda y la precariedad laboral. Frases como “vive mejor con 30K en China que muchos con seis cifras en EE. UU.” o “el sueño americano es ganar en dólares y gastarlos en otro país” resumen el sentimiento de muchos que perciben que la vida en EE. UU. es cada vez menos sostenible.
Por último, el componente identitario aparece con fuerza: muchos afroamericanos se sienten inspirados al ver a una mujer de su comunidad viviendo con tranquilidad y éxito en un país tan diferente.
Lecciones para creativos
El caso de Aleese Lightyear ofrece una perspectiva valiosa para quienes trabajan en marketing, publicidad o industrias creativas. Frente a un mercado cada vez más competitivo, donde el equilibrio entre vida y trabajo suele sacrificarse por deadlines y campañas, su experiencia invita a reflexionar sobre otros caminos posibles.
En un contexto donde el trabajo remoto se ha consolidado y los ingresos pasivos o combinados ganan terreno, diseñar un estilo de vida alternativo se vuelve más viable.
Vivir en ciudades con menor costo, explorar mercados menos saturados y diversificar ingresos mediante contenido digital son estrategias que cada vez más jóvenes están explorando.
Lightyear lo resume: “No vine a China a replicar la vida que tenía en Nueva York. Vine a vivir mejor. Y lo estoy logrando”.
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