Tengo la fortuna de conocer a dos grandes embajadores de marca, tanto nacionales como reconocidamente internacionales. La primera, una querida amiga notablemente posicionada por su carisma y profesionalismo, el segundo, un destacado ex-alumno lÃder en relaciones públicas y punto de referencia para cualquiera que pretenda estar en la mira de todos. Ambos, sin duda alguna la gran excepción a la regla.