Los seguidores del presidente Donald Trump parecen ubicarlo en una posición profética y de culto divino por la forma en la que minimizan sus errores, conflictos y expresiones realizadas como candidato y en la Casa Blanca, señaló una editorial publicada este lunes.
En el texto āEl culto peligroso de Donald Trumpā se hace una evaluación de cómo ha sido la respuesta y la actitud asumida por la mayorĆa de los seguidores estadounidenses del presidente Trump.
āHa habido una cualidad culta para los partidarios mĆ”s ardientes del presidente Trump. ParecĆa reconocerse el fenómeno cuando siendo candidato Trump se jactó de que podĆa pararse en el medio de la Quinta Avenida y dispararle a alguien y no perder votantesā, seƱaló.
A lo largo de la campaƱa, y en apariciones personales desde entonces, el mandatario ha aprovechado el tipo de intensidad emocional de su base que es mĆ”s tĆpico de una reunión de reavivamiento religioso que un mitin polĆtico.
A medida que nos acercamos al primer aniversario de la victoria electoral de Trump, el celo de algunos de sus seguidores parece cada vez mĆ”s similar a un culto en toda regla, seƱaló el artĆculo de opinión firmado por el especialista Reza Aslan, quien ademĆ”s escribe el libro āDios: Una historia de humanidadā.
Aslan aclara que utilizó la palabra “culto” en su sentido peyorativo, es decir, como un grupo social profundamente insular ligado por la devoción extrema a un lĆder carismĆ”tico. Por lo general, se forman alrededor de un individuo que han elevado a āestado profĆ©tico y casi divinoā.
Durante la campaña, Franklin Graham, el partidario evangélico cristiano mÔs entusiasta de Trump, desestimó sus muchas fallas morales al compararlo favorablemente con los patriarcas y profetas de la Biblia: Abraham, Moisés y David.
Trump ha sido espectacularmente exitoso al hacer que sus seguidores creyeran sus halagos mƔs que en sus propios ojos.
Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista en Dallas, dijo a una audiencia radial que Trump era un mejor candidato presidencial que alguien que “encarna las enseƱanzas de JesĆŗs” porque Trump se ajustaba a la preferencia bĆblica de ser un “hombre fuerte” en el gobierno.
Frank Amedia, un pastor de Ohio que estuvo vinculado brevemente a la campaƱa de Trump, expuso explĆcitamente al presidente como un profeta que recibe revelaciones divinas: “Creo que recibe descargas que ahora estĆ” empezando a entender que provienen de Dios”, dijo en julio pasado.
La autoridad que ejerce un lĆder de culto proviene de su papel auto-atribuido como la Ćŗnica fuente de información verdadera para sus seguidores. Las ideas y los hechos que compiten no son simplemente incorrectos; ellos son demoniacos, expreso.
Trump, por supuesto, caracteriza a la mayorĆa de los medios de comunicación como “noticias falsas”. Ćl llama a los periodistas “mentirosos” y “enfermos” que estĆ”n “tratando de quitarnos nuestra historia y nuestro patrimonio”.
ĀæCuĆ”l es la radiografĆa del seguidor ‘religioso’ de Trump?
En una encuesta de HuffPo/YouGov de mayo, el 60 por ciento de los partidarios de Trump estuvo de acuerdo con Ć©l en que los medios son “el enemigo” de personas como ellos.
En general, se cree que el lĆder de culto posee un conocimiento especial. No importa cuĆ”n demostrablemente falsas sean sus declaraciones, se vuelven, por definición, verdad para sus seguidores.
Trump ha sido espectacularmente exitoso al hacer que sus seguidores creyeran sus halagos.
Una de las formas en que un lĆder de culto mantiene su autoridad incuestionable es creando una mentalidad de asedio entre sus seguidores y presentĆ”ndose a sĆ mismo como el antĆdoto, indicó.
En opinión de Trump, el paĆs es un pĆ”ramo de fĆ”bricas vacĆas “esparcidas como tumbas” y ciudades plagadas de crĆmenes que son mĆ”s peligrosas que las zonas de guerra. “Nuestro ejĆ©rcito es un desastre. Nuestra asistencia sanitaria es un espectĆ”culo de terror”, declaró durante la campaƱa. Y como Trump a menudo ha dicho, “solo yo puedo arreglarlo”.
Esta oscura visión de Estados Unidos, en la que cristianos blancos honestos y trabajadores son atacados por fuerzas hostiles, ha convencido a los seguidores de Trump de que se encuentran entre las personas mĆ”s oprimidas del paĆs.
En una encuesta posterior a las protestas en Charlottesville, Virginia, el 45 por ciento de los seguidores de Trump dijeron que los blancos eran el grupo racial mÔs discriminado en Estados Unidos, y el 51 por ciento señaló que los cristianos eran el grupo religioso mÔs discriminado.
Nutrir a un seguidor de culto tiene sus peligros. Los miembros de los cultos tienden a creer que estÔn participando en una actuación cósmica, que estÔn luchando en una batalla entre las fuerzas del bien y del mal, advirtió.
Y si “bueno” no gana, si es frĆo, la dura realidad supera las mentiras y las fantasĆas del lĆder de la secta, toda la empresa puede derrumbarse, a veces violentamente, aƱadió.
Que algunos de los seguidores de Trump ven al presidente en tĆ©rminos cósmicos es claro. Un mes despuĆ©s de la inauguración, Pat Robertson dijo que quienes se oponen a Trump “se rebelan contra el plan de Dios para Estados Unidos”.
Paula White, pastora del Centro Cristiano New Destiny en Florida y consejera espiritual de Trump, dijo recientemente a su congregación que se resistĆa a Trump es equivalente a “luchar contra la mano de Dios”.
En cuanto a la frĆa y dura realidad, la administración de Trump estĆ” plagada de mĆŗltiples investigaciones de campaƱa, demandas por Ć©tica, y miembros de su propio partido que lo abandonan, en un sinfĆn de conflictos y acusaciones.
Por su parte los verdaderos creyentes de Trump han sonado francamente apocalĆpticos: “Esta no es una batalla entre republicanos y demócratas”, finalizó.