Durante la semana te informamos sobre la apuesta de Volkswagen para incursionar dentro del segmento de autos eléctricos, con el objetivo de competir con Tesla, quien en la actualidad domina este sector del mercado. De igual forma, BMW anunció la fabricación de un vehículo cien por ciento eléctrico, por lo que las cartas hacia este nuevo enfoque de negocio están siendo lanzadas con el fin de revolucionar un hábito de consumo que por sí mismo es fuente de evolución y tecnología.
A pesar de que uno de los objetivos tanto de empresas como de autoridades es el de eliminar los automóviles a base de gasolina; otra apuesta, en este caso meramente tecnológica, se libra en el terreno automotriz, se trata de la auto conducción.
Diversas empresas especializadas en el ramo, y otras que no, están solicitando permisos al gobierno de Estados Unidos para probar este tipo de unidades a fin de ganar un paso, que ante el incremento de interesados, se volverá fundamental para liderar las preferencias; una de las firmas que recién obtuvo el visto bueno de las autoridades fue Samsung.
La compañía surcoerana de tecnología adquirió el año pasado a la empresa estadounidense Harman, por ocho mil millones de dólares, con el objetivo de abrirse camino en el mercado de la tecnología automotriz.
Otra de las empresas tecnológicas que apuestan por este sector es Apple, quien semanas atrás también recibió luz verde para realizar pruebas en California; el Departamento de Motores y Vehículos de la entidad, publicó una lista de las firmas a las que se le ha concedido un permiso de unidades autónomas, dentro de ellas destacan: Mercedes, Honda, Tesla, VW, Ford, Subaru, entre otros; al tiempo que existen algunas empresas poco conocidas en el sector como Zoox, Nuro o Pony.
Con esta serie de pasos, Samsung apostará a combinar su experiencia en electrónica de consumo, ayudado con la presencia de Harman, para brindar a los fabricantes tecnología de punta en los tableros de las unidades a nivel mundial; además de que podrá desarrollar sus operaciones sin las presiones competitivas con las que actualmente realiza sus funciones de investigación y desarrollo, para competir con Apple o Google.