El gasto en publicidad global crecería un 4 por ciento durante 2019 en el mundo, el año pasado se registró un crecimiento del 4.3 por ciento.
La publicidad – sin embargo – se considera una inversión fuerte en todos los sentidos y para todas las industrias, a pesar de que la cifra prevea una baja. En realidad los factores son muy distintos a una disminución como tal.
Probablemente no deba interpretarse como menos publicidad, sino menos costo gracias a nuevas herramientas y estrategias, sobre todo cuando hablamos de medios digitales. No más millones de pesos destinados a televisión, este año por primera vez, digital superó en inversión a la TV. Más publicidad digital.
Todo depende del formato, ese que se define dependiendo de objetivos específicos para cada compañía, como en el caso del público meta. En cuanto al target, la publicidad se divide en: B2B, B2C y C2C.
Esto es referente a empresa a empresa, empresa a consumidor, consumidor a consumidor. La comunicación es distinta en los tres casos.
UNA A UNA
La publicidad B2B es la que va de empresa hacia otra empresa. Busca que el cliente final sea otra compañía que quiera invertir con la marca, adquirir sus productos y por ello es especializada, más compleja y menos considerada con los elementos creativos.
Su objetivo es más práctico, va enfocad al proceso de compra es más complejo y es mucho más seria en comparación con las otras dos. Su facturación suele ser mayor.
En el caso de la B2C o Business to Consumer, es justamente un mensaje de empresa a consumidor.
Es la más común, la empresa busca vender sus productos o servicios al cliente que tanto ha estudiado y para ello se vale de toda la data recolectada, con la libertad de imprimir un toque de creatividad y de generar obras originales de concurso.
C2C es referente a consumer to Consume y es la actividad comercial se da entre los propios consumidores. Los particulares ponen a la venta sus productos para que los compren otros particulares y prácticamente narran su experiencia con él.
Es como un WoM pero en el que es el producto del primer consumidor el que está en juego, su inversión puede salir muy mal y quedarse con algo que no utiliza, pero gracias a toda la tecnología disponible para el estratega en la actualidad, es imposible pensar eso.
Lo más importante en este sentido es tener perfectamente definido a quién enviaremos el mensaje final y para qué.