• Durante sus siete décadas de reinado, la reina Isabel II conoció a 14 presidentes estadounidenses.

• La reina mantuvo la corona por encima de la política partidista, pero siempre estuvo plenamente comprometida con el mundo político.

• En 70 años en el trono, la reina ha a conoció a quince primeros ministros distintos, desde Winston Churchill a Boris Johnson.

Este lunes 19 de septiembre el Reino Unido dará el último adiós a la reina Isabel II, con un funeral de Estado, al que se tiene previsto que asistan numerosos líderes mundiales. A pesar de que el funeral reunirá a diversos presidentes y diplomáticos del mundo, el protocolo que se tiene que cumplir es una lista extensa donde uno de los principales es que los jefes de Estado extranjeros, así como miembros de las realezas del mundo, no podrán llegar a Londres en aviones privados, ni trasladarse en helicópteros o automóviles propios.

Recordemos, que la muerte de Isabel, el pasado 8 de septiembre, terminó con un historial inédito de 70 años en el trono que la llevó a ser la monarca de Reino Unido.

Ante eso, el revuelo en UK es muy amplio tras el fallecimiento de la monarca, donde de acuerdo con datos de Hayley Berg, economista principal de Hopper, destaca que la tarifa media de los hoteles de Londres aumentaron hasta 385 dólares por noche, desde los 240 dólares por noche que costaban hasta el 7 de septiembre.

En ese sentido, muchas de las delegaciones de jefes de Estado, se sumarán en la lista de esos datos junto a cientos de miles de británicos llegados desde todos los rincones del país.

Según datos de Reuters, los hoteles de lujo como Claridge’s, Connaught, Dorchester y Berkeley, ya no tienen habitaciones libres por los próximos 10 días a pesar de ofrecer tarifas superiores a los mil 300 dólares la noche.

Sin coches propios, vuelos privados y comitivas

Los preparativos para el funeral de la Reina Isabel II, siguen su rumbo. Mediante una información difundida de acuerdo a documentos, a los que tuvo acceso The Guardian, se dio a conocer que se establecen normas estrictas para los asistentes al funeral, donde el Gobierno británico también les insta a viajar en vuelos comerciales para evitar saturar los aeropuertos de Londres.

La logística está manifestando un reto para el gobierno de Reino Unido, donde ya ha sido un dilema para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que necesitará una cantidad significativa de seguridad adicional.

De acuerdo a la guía, los invitados internacionales deben mantener sus delegaciones lo más reducidas posible, donde las invitaciones a los funerales se limitan idealmente al jefe de Estado y a su cónyuge, sin su familia o personal.

“El Gobierno lamenta que, debido al espacio limitado en el servicio funerario de Estado y los eventos asociados, no se pueda admitir a otros miembros de la familia, el personal o el séquito del invitado principal”, dice en parte del documento del protocolo.

“La unidad funeraria real agradecería, por tanto, que las delegaciones acompañantes fueran lo más reducidas posible”, añade la guía.

“Esto también reducirá los trastornos y el tiempo de tránsito en los aeropuertos. En la medida de lo posible, los representantes extranjeros deberían planificar su llegada a Reino Unido al menos un día antes del funeral de Estado o del primer evento al que vayan a asistir”, indica el gobierno de Reino Unido.

Y es así, como el Reino Unido, aclara que las calles de Londres son incapaces de soportar el volumen de coches privados de los líderes extranjeros que esperan asistir al funeral. Por eso, en su lugar, se les llevará a un lugar separado en la ciudad, donde el Gobierno proporcionará transporte en autobús desde un punto de reunión central.

Entre los preparativos que se han confirmado para el lunes, es que el ministro de Asuntos Exteriores británico, James Cleverly, ofrecerá una recepción para todos los visitantes internacionales que asistan al funeral de Estado inmediatamente después de que este concluya, cerca de la Abadía de Westminster.

Esto demuestra el poder de convocatoria que tiene la monarca, donde a pesar de ser una figura no política, en su largo camino en La Corona británica, tuvo la oportunidad de ser testigo de muchos cambios culturales, en especial políticos del mundo.

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