Santiago, Chile.- Cuando hace menos de una semana que se iniciaron las primeras promociones para la fiesta de Halloween, los clientes de los supermercados Líder fueron sorprendidos hoy con el armado de la decoración navideña. Hasta el año pasado, las campañas comenzaban después de terminada la fiesta de Halloween, hoy conviven a la par en los pasillos.

No sé cuál es el criterio de los asesores de marketing de las grandes cadenas de supermercados y no pongo en dudas sus razones ni su capacidad, pero me da la impresión de que, lejos de ser una oportunidad para motivar a los clientes, la excesiva anticipación a una de las fiestas más esperadas por grandes y chicos, puede jugar en contra del objetivo inicial de aumentar las ventas.

La Navidad tiene un halo de magia, ya sea para los adultos que recordamos nuestra infancia y nos esforzamos porque nuestros hijos tengan aún mejores recuerdos, como para los propios niños e incluso para los descendientes de  “El Grinch”, aquellos que la odian porque están seguros  que el mercado le ha robado el sentido y se dedican a criticar todo lo que tenga que ver con la celebración.  Sea como sea, el anticipo de ofertas y decoraciones provoca confusión. ¡Faltan más de dos meses para la Navidad!  Y cuando llegue el tiempo real de la fiesta ya estará todo tan visto que algo del espíritu- que también depende en gran medida del marketing de la época- se habrá perdido.

Tengo la sensación de haber escrito algo similar el año pasado, pero si así fue, lo hice en noviembre.

Bombardear al público, acosarlo con cientos de estímulos en un período en el cual ya tienen demasiados a su alrededor (Halloween, elecciones municipales, finalización de clases, Teletón, etc), me parece una forma rápida de perder su interés en la campaña que podría ser la más exitosa del año.

¿Qué en otros países lo hacen apenas comienza octubre? Sí, es factible, pero los chilenos somos más afectivos y nos gusta disfrutar del encanto de la época y hasta de nuestra mala costumbre de “dejar todo para el último día”, entonces este avance de temporada no sólo nos quita parte de la magia sino que nos presiona y queremos gritar al igual que Mafalda, “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”.  En fin, cosas del marketing.

Fíjate…tras el círculo se divisa algo del aviso de Halloween…