- J&J invitó a Pfizer y Moderna a revisar las vacunas, pero sólo AstraZeneca aceptó hacerlo
- J&J ha estado en el ojo del huracán luego de que Estados Unidos descontinuara su uso
- La farmacéutica ha buscado la forma de recuperar la confianza del consumidor sin éxito.
Luego de la polémica en las que se han involucrado AstraZeneca y Johnson & Johnson (J&J ) por los efectos secundarios de las vacunas que se manifiestan en coágulos. La farmacéutica tuvo la iniciativa de pedir a sus rivales de la industria revisar también sus vacunas para conocer su nivel de incidencia, la petición fue declinada por las principales -y en quien más confía el consumidor- marcas, Pfizer y Moderna, quienes expresaron que sus inmunizadores son seguros por lo que no aceptarían la invitación. AstraZeneca por su parte sí aceptó.
Lo anterior se puede leer desde dos puntos de vista: el primero pondría en jaque a las que posiblemente son las dos principales marcas de vacunas a nivel global o, al menos, en las que más confía el consumidor, puesto que al no querer revisar su relación con la generación de posibles coágulos podría ver mermada la confianza del consumidor. Por otro lado, la invitación promocionada por J&J podría hablar del inicio de una estrategia de comunicación y publicidad que tendría por finalidad recuperar la reputación y confianza en su medicamento contra el Covid-19.
Johnson & Johnson, fundada en 1886 en New Brunswick, Nueva Jersey, es uno de los mayores fabricantes de productos farmacéuticos, de dispositivos médicos y de bienes de consumo empaquetados del mundo. En 2020, la empresa generó unos 82,600 millones de dólares estadounidenses de ingresos totales. Con su vacuna llegó a posicionarse en el top 5 de las inmunizaciones más aplicadas en el mundo, compartiendo el podio con AstraZeneca, Pfizer y Moderna, pero en fechas recientes se tuvo que someter al escrutinio de los consumidores que tras una recomendación del gobierno estadounidense, dejaron de confiar en su fármaco.
J&J y su propuesta de estudio
Johnson & Johnson se acercó a otros fabricantes de vacunas contra Covid-19 para unirse en un esfuerzo por estudiar los riesgos de coágulos de sangre, reportó este viernes el Wall Street Journal, citando a personas familiarizadas con el asunto.
AstraZeneca, que ha sido afectada durante semanas por preocupaciones similares sobre la coagulación, aceptó, mientras que Pfizer y Moderna declinaron, al decir que sus vacunas parecen seguras, según el informe.
Las agencias federales de salud de Estados Unidos recomendaron el martes suspender el uso de la vacuna de J&J por al menos unos días después de que seis mujeres menores de 50 años desarrollaran coágulos de sangre poco comunes tras vacunarse.
La semana pasada, los reguladores europeos dijeron que estaban estudiando coágulos de sangre raros en cuatro receptores de la inyección de J&J en Estados Unidos, después de lo cual, según el informe de WSJ, la compañía comenzó a comunicarse con otros fabricantes de vacunas.
Pfizer y Moderna objetaron porque no vieron la necesidad de duplicar los esfuerzos de agencias y empresas que ya estaban buscando casos de coágulos sanguíneos e investigando la causa, según el informe.
Quienes recibieron las vacunas Pfizer y Moderna no informaron el evento adverso específico, dijeron las compañías.
J&J, AstraZeneca, Pfizer y Moderna no estuvieron disponibles de inmediato para hacer comentarios sobre el informe.
En busca de la reputación perdida
Para las farmacéuticas son tiempos ‘buenos’, conforme la pandemia avanza y los medicamentos contra el Covid-19 continúan su desarrollo, los ingresos por parte de ellos representarán grandes ganancias para las compañías. Sin embargo un factor clave para ser bien recibido a nivel global, es precisamente la confianza y reputación de la que pueda gozar la marca.
Es importante no perder de vista que los aspectos principales para concretar si un consumidor optará o no por una marca son la fiabilidad y confianza que pueda generar el producto -en este caso el fármaco-. Tampoco podemos olvidar que enfrentamos un mercado atípico en el que el consumidor final no tiene la última palabra de lo que va consumir, sino que el mediador -en este caso las autoridades de salud- son quienes decidirán en este sentido.
Por ello para J&J la necesidad de recuperar puntos mediante estudios como el que sugirió ante las autoridades estadounidenses es básico, en el futuro, deberá sustentar su efectividad con trabajos estadísticos que hagan que la autoridad de salud los reposicione como opción en cuanto a vacuna covid se refiere.
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