Dicen que entre el odio y el amor hay un solo paso y viceversa; hasta hace un par de meses la relación entre el Barcelona y Neymar parecía un romance de larga duración, debido a que el futbolista brasileño formó parte de una de las delanteras más determinantes de historia reciente del futbol al lado de Leo Messi y Luis Suárez.

Los cuatro años de idilio entre el delantero y el equipo iniciaron en junio de 2013, el anuncio oficial lo hacían el actual presidente de la institución deportiva, Josep Maria Bartomeu y Andoní Zubizarreta, ex director deportivo del club.

El conjunto catalán se hizo de los servicios del futbolista proveniente del Santos por 88 millones de euros, aunque de inicio se dijo otra suma, que derivaría en problemas fiscales tanto para Neymar como para la directiva del Barcelona.

Al llegar a la ciudad congal, el sudamericano declaró “Estoy muy contento de ser jugador del Barcelona. En un sueño estar aquí porque jugaré al lado de los grandes. Espero algún día retirarme aquí”.

Quizás después lo haga realidad, pero mientras, Neymar interpuso una demanda en contra del equipo ante la FIFA por el incumplimiento de una prima de 26 millones de euros que se acordó el año pasado cuando renovó con el club hasta 2021, misma que fue bloqueada por el Barcelona a principios de este mes mientras se definía la salida del jugador o no a tierras parisinas.

El “sí” del brasileño al PSG deterioró el valor de marca del Barcelona, valuado en mil 410 millones de dólares, según Brand Finance; además de que dio fin a la denominada MSN, conformada por Messi, Suárez y Neymar, la cual marcó la módica cantidad de 354 goles en los tres años que estuvo junta.

La reputación del conjunto culé, actualmente no goza de su mejor momento, sin embargo, estamos apenas en el agosto, recién inician las competencias y el mercado de fichajes aún no concluye, por lo que la directiva todavía tiene margen de acción para poder reconfigurar su estrategia para el año futbolístico y luchar por la conquista de campeonatos.