Hace algunas semanas escribĆa sobre el nuevo rol que juegan los CEOĀ“s o Dir. Generales de las empresas, ya no se trata solo de cuidar su imagen y reputación Offline, sino tambiĆ©n en las redes sociales, cualquiera que esta sea. Pero ĀæquĆ© sucede cuando en eventos de la vida diaria ocurre algo imprevisto, o sale a la luz pĆŗblica un mal comportamiento o una acción antiĆ©tica y que se pone en juego la imagen del CEO y de la empresa que representa?
En dĆas recientes vimos como el escĆ”ndalo de la reputación del Andy Byron, el ex-CEO de la empresa de tecnologĆa Astronomer, renunció a su cargo tras ser captado en un concierto de Coldplay en una “kiss-cam” con una colega, lo que generó una gran polĆ©mica en redes sociales, ya que ambos estaban casados.
Este incidente personal tuvo un impacto inmediato en la reputación de la empresa y en su liderazgo, llevando a su separación temporal y posterior renuncia. Este caso destaca cómo la conducta personal de un CEO, incluso fuera del horario laboral, puede viralizarse y afectar gravemente la imagen corporativa.
La reputación del CEO impacta directamente en cómo los consumidores, inversores, empleados y el público en general perciben la empresa. Un CEO respetado y ético puede generar confianza y credibilidad en la marca.
Estudios sugieren que la reputación del CEO puede influir en la cotización bursÔtil de la empresa, su capacidad para fijar precios premium y su valoración en términos de buen gobierno corporativo. Algunos ejecutivos incluso estiman que hasta el 56% del valor de mercado de una empresa puede atribuirse a la reputación de su CEO.
El caso del magnate Elon Musk es un ejemplo claro, las constantes declaraciones polĆ©micas y su vinculación con Donald Trump han generado controversia. En el caso de Tesla, se ha seƱalado que su reputación personal ha tenido un impacto directo y negativo en los resultados de la compaƱĆa, incluyendo caĆdas en ventas y beneficios, asĆ como en el valor de sus acciones.
En X (anteriormente Twitter), sus comentarios han llevado a que grandes anunciantes retiren sus campaƱas publicitarias, afectando significativamente los ingresos de la plataforma. Su vida personal tambiƩn ha sido muy polƩmica con 14 hijos con 4 diferentes esposas y parejas.
Otro caso muy sonado que vivĆ en mi paso por McDonald’s, previo a la pandemia, fue el despido de Steve Easterbrook, CEO de McDonald’s en noviembre de 2019. Inicialmente, la razón dada fue por “demostrar un juicio deficiente” al mantener una relación consensuada con una empleada, lo que violaba la polĆtica de la compaƱĆa. En ese momento, se le otorgó una indemnización por despido.
Sin embargo, una investigación interna mĆ”s profunda de McDonald’s reveló que Easterbrook habĆa ocultado mĆŗltiples relaciones sexuales con otras empleadas y que incluso habĆa manipulado pruebas de su conducta. La compaƱĆa descubrió que habĆa enviado fotos y videos sexualmente explĆcitos a su cuenta de correo electrónico personal desde su cuenta de trabajo.
Como resultado de estas revelaciones, McDonald’s demandó a Easterbrook en agosto de 2020 para recuperar la compensación que se le habĆa pagado. La demanda alegaba que habĆa mentido a la empresa, ocultado pruebas y cometido fraude.
En diciembre de 2021, se informó que Steve Easterbrook llegó a un acuerdo y devolvió mĆ”s de 105 millones de dólares en efectivo y acciones a McDonald’s. Esta devolución fue una de las “clawbacks” (recuperación de bonificaciones o pagos) mĆ”s grandes en la historia corporativa de Estados Unidos.
AdemÔs, en enero de 2023, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos acusó a Easterbrook de hacer declaraciones falsas y engañosas a los inversores sobre las circunstancias de su despido. Como parte del acuerdo con la SEC, Easterbrook aceptó una multa de 400.000 dólares y se le prohibió servir como director o ejecutivo de cualquier empresa pública durante cinco años.
TambiĆ©n existen casos contrarios a los anteriores que ha impactado positivamente a sus empresas como Tim Cook de Apple, tras la pĆ©rdida de Steve Jobs, Cook ha logrado mantener y expandir el Ć©xito de Apple, llevando a la compaƱĆa a nuevas alturas financieras. Su enfoque en la eficiencia de la cadena de suministro, la sostenibilidad y la expansión de los servicios ha sido crucial.
Mary Barra CEO de General Motors, es otro caso de admiración, en un momento crĆtico para la compaƱĆa, justo despuĆ©s del escĆ”ndalo del interruptor de encendido. Barra implementó una revisión exhaustiva de las polĆticas Ć©ticas y de seguridad, reestructurando los sistemas de incendios para priorizar la seguridad y la Ć©tica sobre la velocidad y el recorte de costos. TambiĆ©n impulso una cultura de transparencia y rendición de cuentas.
Bajo su dirección, GM no soló recuperó la confianza del pĆŗblico y de los reguladores, sino tambiĆ©n se ha posicionado a la vanguardia de la transición hacia los vehĆculos elĆ©ctricos y autónomos. Su liderazgo ha sido clave para modernizar la empresa y prepararla para el futuro.
Los profesionales de calidad buscan trabajar para lĆderes que reflejen valores Ć©ticos y se preocupen por causas sociales. Un CEO con una buena reputación facilita la atracción y retención del mejor talento. Un CEO con una reputación sólida puede construir relaciones mĆ”s fuertes con clientes, inversionistas, proveedores, medios de comunicación y la comunidad, lo que a su vez se traduce en un mejor desempeƱo comercial y una mayor estabilidad.
En momentos de crisis, la reputación del CEO es un factor crĆtico. Un liderazgo responsable y visible puede mitigar el impacto negativo, mientras que la inacción o una comunicación deficiente pueden agravar la situación. La confianza que el CEO inspira puede ser la clave para superar un perĆodo difĆcil.
Las empresas con CEOs que gozan de una reputación fuerte y positiva pueden diferenciarse en el mercado, generando un valor agregado frente a la competencia. La reputación del CEO puede ser una herramienta poderosa tanto para el beneficio como para el perjuicio de la compaƱĆa.
Los consumidores son mÔs propensos a ser leales a empresas cuyo liderazgo consideran ético y responsable. Una reputación sólida del CEO puede inspirar confianza en los inversores y facilitar la obtención de capital, sin duda, un CEO con buena reputación puede aumentar la visibilidad de la empresa y su reconocimiento en el sector y en la sociedad.
Por el contrario, un CEO con una mala reputación puede hacer que los empleados actuales se desmotiven y que el talento deseado no quiera unirse a la empresa. Comentarios discriminatorios, polĆticos o insensibles, asĆ como reportajes sobre mal ambiente laboral o acoso, pueden generar una crisis reputacional difĆcil de manejar.
Un CEO con una mala reputación puede generar una cobertura mediÔtica negativa constante, afectando la imagen general de la empresa.
En resumen, la reputación del CEO no es solo una cuestión personal, sino un activo estratĆ©gico fundamental que debe ser gestionado con la misma seriedad que cualquier otro recurso de la empresa. Su impacto se extiende desde la percepción pĆŗblica y las finanzas hasta la cultura interna y la capacidad de la empresa para enfrentar desafĆos.